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Columna
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Caballeros árabes

Qatar Holding parece estar adquiriendo el hábito de entrar en las batallas accionariales de ACS. El pasado año, el fondo soberano tomó una participación en la alemana Hochtief, encareciendo la oferta de la constructora española. Ahora está invirtiendo alrededor de 2.000 millones de euros por un 6% en Iberdrola. Para Iberdrola, además de diluir un poco más a ACS y añadir otro gran accionista en el registro del grupo energético, es difícil ver beneficios tangibles.

La inversión de Catar hace un poco más fácil a Iberdrola la financiación de dos operaciones anunciadas recientemente, la compra por 2.900 millones de dólares de Elektro en Brasil y la compra de la parte de los minoritarios en Iberdrola Renovables. Iberdrola emitirá 338 millones de nuevas acciones a Catar con un descuento del 5% sobre el precio de mercado, recibiendo 2.000 millones de euros en efectivo. Usará la mayoría de lo recaudado para recomprar 247 millones de sus acciones en el mercado. Estas serán usadas para ofrecerlas a los accionistas minoritarios de su unidad de renovables.

La emisión de acciones con un descuento y la recompra a precios de mercado parece una manera segura de perder dinero. El efecto neto de la inversión de Catar es un poco más dilutiva para los accionistas existentes (incluido ACS) que el plan de financiación que presentaron la semana pasada. En cualquier caso, la operación fortalece algo el balance general de Iberdrola, mientras que la recompra de los 1.500 millones de euros debería apoyar el precio de las acciones durante unos meses.

No parece haber mucha lógica industrial en atraer a Catar, a no ser que abras muchas puertas en Oriente Próximo. El principal objetivo parece ser dar a Iberdrola otro accionista de peso. Eso hará más difícil que ACS aumente su influencia. ACS ha estado buscando un sitio en el consejo, pero hasta ahora ha sido excluido por Iberdrola. La batalla accionarial no beneficia a ninguno de los dos. Los esfuerzos de ACS por ejercer influencia llevan más tiempo y cuestan más. Pero los accionistas de Iberdrola, Qatar Holding incluido, no tolerarán operaciones diluyentes indefinidamente.

Fiona Maharg-Bravo

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