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Pistas

Salir al extranjero se convierte en una forma de (sobre) vivir

Las pequeñas firmas de moda imitan a las grandes cadenas y abren fuera de España.

Celia Vela tiene grabado a fuego septiembre de 1999. Ese mes comió pescado crudo por primera vez, un esfuerzo que desde luego mereció la pena. "Unas horas después de presentar mi segunda colección estaba sentada en la mesa de un restaurante, hablando con unos japoneses para llevar mis prendas al país del sol naciente. Fue un auténtico golpe de suerte", cuenta emocionada. Un grupo de distribución asiático había visto su trabajo y se había enamorado de él. Tras soportar un minucioso interrogatorio personal, firmó un acuerdo para aterrizar en Tokio, una oportunidad que todavía no acaba de creerse. "Sigo gracias a ellos. En España se paga mal y tarde, si es que se hace. Un taller como el mío no podría sobrevivir en estas condiciones", explica.

Pilar Riaño, directora de la web moda.es, confirma la sensación de Celia. Tiene claro que el futuro de los pequeños está en el extranjero. "Hace 10 años todavía era una rareza, pero hoy los que han sobrevivido se han visto obligados a salir", afirma. Un sinfín de ejemplos sostienen su declaración: desde Lenit XTG, una pequeña firma canaria de bañadores que abre una tienda en Londres, hasta una empresa de ropa de bebé como Tuc Tuc que se expande por Oriente Próximo. "Esto ya no es solo coto de Zara o Mango. En 2008 la crisis encendió la mecha y ya es imparable. Se está aprovechando una dificultad puntual para cambiar de mentalidad", concluye.

Este paso adelante que empiezan a dar las pymes del sector se suele hacer de dos maneras: introduciendo las prendas a través de establecimientos multimarca o abriendo tiendas propias. Esta última opción, más costosa y que requiere de una mayor inversión, es la que ha elegido El Ganso, una firma de apenas siete años de historia que nació como el sueño de dos hermanos madrileños.

"Buscábamos conseguir un estilo que en España solo encontrábamos a un alto precio", cuenta Clemente Cebrián, el cerebro financiero de la pareja. Era ese estilo que veían en los veranos universitarios que pasaban en Londres, con la excusa de aprender inglés, y que el otro 50% de la compañía, Álvaro, define como de "pijo tirado". Tras contar ya con 12 establecimientos en España, ahora las apuestas son París y Chile. La idea es crecer en cada país en el que se establezcan para luego dar el salto a los estados vecinos.

China

Un ejemplo de que a veces incluso las firmas pequeñas pueden hacer cosas que se resisten a las grandes es el mercado chino. Allí una pequeña empresa vasca como Jota+GE ha conseguido penetrar y empezar abrir tiendas, "un reto que a la misma Inditex le costó años", confirma Riaño. Juana Ruiz y Garbiñe Udampilleta han dado ese salto con la mayor naturalidad. "Fuimos allí porque es la primera potencia en cuanto a volumen de compra y va a seguir creciendo", comenta con naturalidad Udampilleta. Ella y su socia lo tienen claro: "La moda, si es buena, gusta igual en cualquier sitio".

Los pequeños no están dispuestos a quedarse en casa para ver cómo el consumo local es devorado por los grandes del sector. ¿Vértigo? "Para nada. Miedo da cerrar, no abrir una tienda en Tokio", dice sorprendida ante la pregunta Celia Vela. Para ella comer pescado crudo ha dejado de ser sacrificio para convertirse en un auténtico placer.

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