Ono frena su crecimiento y su rentabilidad
Ni más crecimiento ni más rentabilidad. La operadora de cable Ono logró el año pasado aumentar sus clientes de banda ancha, pero no supo trasladarlo a los ingresos, que cayeron un 2,7%, ni al beneficio, que desciende un 7,1%.
Tras muchos años con las inversiones en regresión, Ono volvió a aumentar sus desembolsos el año pasado. Es cierto que la subida no es muy elevada (crecen un 11%) y que los 244 millones invertidos en 2010 están muy lejos de los 374 millones de 2008, pero supone todo un cambio de tendencia.
Eso sí, Ono ha pagado esta subida de las inversiones y el peso de los gastos comerciales en sus resultados financieros. En primer lugar, el impulso de las inversiones no ha conseguido reflejarse en los ingresos, que caen un 2,7% y se sitúan en 1.472 millones de euros. Con ese escenario, por mucho que se hayan intentado cuidar los costes, el Ebitda también se resiente y retrocede un 0,8%. Y esta caída se va acelerando hasta llegar al beneficio neto, que se queda en 47 millones, tras descender un 7,1%.
El impulso comercial y el aumento de las velocidades de banda ancha que ha puesto en marcha Ono, sin embargo, han tenido cierto impacto en la cartera de clientes. Los usuarios de televisión de pago reducen su número, pero los de banda ancha suben gracias al gancho de los 50 megas, sobre todo. Ono ha cerrado el año con 1,38 millones de abonados a internet a alta velocidad.
Pese a las caídas de ingresos y beneficios, la parte positiva de las cuentas de Ono es que cumple las previsiones anunciadas para el año pasado. La operadora prometió facturar entre 1.450 y 1.500 millones y se ha quedado justo en la parte media. En Ebitda incluso ha superado su previsión, ya que ha registrado 725 millones y habría prometido estar entre 700 y 720 millones.