Los SIP dan un vuelco al escenario financiero
Las dos principales entidades de la región se encuentran inmersas en procesos de fusión.
El dibujo que se está perfilando del escenario financiero de la Comunidad Valenciana nada se parece al de hace apenas unos meses. Las principales entidades financieras valencianas, Bancaja y Caja Mediterráneo (CAM), se encuentran inmersas en procesos de fusión a través de dos SIP (sistema integral de protección). El primero, liderado por Caja Madrid y Bancaja con Caja de Canarias, Caja de Ávila, Caixa Laietana, Caja Segovia y Caja Rioja, sitúa a la entidad resultante, Banco Financiero y de Ahorros ((BFA), como la tercera del país por tamaño y la primera por volumen de negocio doméstico. El segundo SIP, integrado por Cajastur, CAM, Caja Extremadura y Caja Cantabria, se inició a mediados del pasado mes de diciembre con la creación de Banco Base, que se ha erigido como la quinta entidad financiera española con unos recursos propios básicos de 7.400 millones de euros.
Si bien algunos interpretan estas fusiones como una pérdida del sector bancario valenciano, "habría que preguntarse cuál hubiera sido la situación actual en caso de haberse mantenido al margen de esos procesos de integración", apunta Joaquín Maudos, catedrático de la Universidad de Valencia e investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). En su opinión, las dos cajas valencianas comparten algunas de las debilidades comunes a otras muchas entidades españolas, es decir, hacer frente a una elevada concentración del crédito en los sectores de promoción inmobiliaria y construcción y gestionar un montante también elevado de activos adjudicados.
En este contexto, añade el catedrático valenciano, "los procesos de integración responden a la necesidad de dar respuesta a esas debilidades a través de un recorte de los costes, con el cierre de sucursales y prejubilaciones, y de una mejora de su solvencia".
Banco Financiero y de Ahorros encabeza el ranking por volumen de negocio doméstico
La alternativa, "que algunos añoran", de una fusión entre las principales cajas valencianas era inviable, según Maudos. "Primero, por falta de un consenso político y, segundo, por el elevado coste social como consecuencia del solapamiento de sus redes". Además, "como algunos análisis demuestran, los dos SIP en que están involucradas las cajas valencianas han diversificado en mayor medida sus riesgos en comparación con la mayor concentración que se hubiera dado de haberse fusionado las dos cajas", resalta.
El reto más importante de las dos fusiones en curso es conseguir ser atractivas para los inversores y captar el capital necesario para hacer frente a las exigencias de solvencia del plan de reforzamiento del sector financiero , dice Maudos. "Los dos SIP ya han creado los bancos a través de los que saldrán a captar ese capital hasta poseer, al menos, un 8% de capital principal (como porcentaje de los activos ponderados por riesgo). Las necesidades concretas de capital de ambos las conoceremos en breve, cuando el 10 de marzo el Banco de España difunda esa información", puntualiza.
Sobre Caixa Ontinyent y Banco de Valencia corre todo tipo de rumorología y, de momento, son una incógnita para los analistas.
Primera inmobiliaria española
Además de ser el primer grupo financiero por volumen de negocio nacional, con una cuota de mercado superior al 10%, Banco Financiero y de Ahorros es también la mayor inmobiliaria de España, con una cartera de créditos a constructores y promotores de 41.280 millones de euros, que supone el 18% del total de su inversión crediticia.El pasado 31 de enero, Banco Financiero y de Ahorros inició los trámites para salir a Bolsa este año. La entidad, con unos activos totales de 328.000 millones de euros y un volumen de negocio que supera los 485.000 millones, tiene previsto salir a cotizar tras completar los trámites administrativos necesarios. Al cierre de 2010 tenía un ratio de core capital (capital básico) del 7,04%, por lo que necesita un punto para elevar su nivel de solvencia por encima del 8%, el mínimo que exige el Gobierno a las entidades cotizadas.En la actualidad, el capital de la nueva entidad se reparte entre Caja Madrid (52,06%), Bancaja (37,7%), La Caja de Canarias (2,45%), Caja de Ávila (2,33%), Caixa Laietana (2,11%), Caja Segovia (2,01%) y Caja Rioja (1,34%).