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A fondo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Pugna en EADS para mantener el equilibrio

El consorcio aeroespacial europeo EADS se enfrenta a unos meses complicados ante la pugna interna que se ha abierto en el control y la gestión de la sociedad.

Por un lado, los actuales accionistas industriales de referencia de Francia y Alemania pretenden salir o reducir su peso en el accionariado del grupo. Por otro, los relevos en puestos clave para la dirección del día a día de la empresa están cada vez más cerca en el tiempo. Un proceso complejo de cambios donde el objetivo final es tratar de mantener el actual equilibrio.

El movimiento más inminente es que el afecta a la estructura accionarial de EADS. Mañana mismo está previsto que la canciller alemana, Angela Merkel, se reúna con sus ministros de Economía, Rainer Bruederle, y de Finanzas, Wolfgang Schäuble, para estudiar cómo mantienen el peso germano en el capital del grupo, después de que los responsables de Daimler hayan anunciado que quieren reducir a la mitad su participación en el consorcio.

En la actualidad, el grupo automovilístico es quien gestiona los intereses de Alemania en EADS: mantiene una participación accionarial directa del 15% pero tiene derechos de voto sobre un 22,5% en total. Ese otro 7,5% está en manos de un consorcio de bancos y cajas alemanes (conocido como Daedalus) que, en 2007, compró los títulos a la propia Daimler. El compromiso de permanencia de estas entidades en el grupo aeroespacial es hasta 2012, y tampoco parece que tengan mucho interés en seguir con una inversión que no es rentable en el plano bursátil.

El banco público alemán KfW es un candidato a entrar en el capital

Sin recambio privado

El Gobierno alemán tiene claro que el 7,5% que Daimler quiere ahora vender tiene que acabar en manos germanas. De otra manera, se rompería el equilibrio de fuerzas que mantiene con el Ejecutivo francés, el otro gran accionista de la compañía.

El problema es que, por ahora, Merkel no encuentra ningún inversor privado que quiera desembolsar los alrededor de 1.320 millones de euros que cuesta la participación en venta. El Gobierno no parece dispuesto a entrar de manera directa en el capital de la compañía en un contexto de restricciones presupuestarias y la única alternativa que, en estos momentos, parece más viable, es el uso de una entidad pública como el KfW, el banco alemán de desarrollo. Una opción que los socios liberales (FDP) de Merkel ven como un mal menor y entienden que debe ser una mera solución transitoria hasta que se encuentren inversores privados.

Por el lado francés, también surgen dudas. La participación gala en EADS se instrumenta a través de Sogeade, una sociedad con el 22,5% del grupo que se reparten el holding público francés Sogepa (15%) y el grupo Lagardère (7,5%). Es precisamente el gigante de medios de comunicación del país vecino el que también ha apuntado en varias ocasiones que le gustaría centrarse en sus negocios principales y dejar aquellos sectores que le son ajenos, como el de la industria aeroespacial.

¿Cuál es el papel de España en este complejo juego de equilibrios? Pues el que tradicionalmente ha mantenido: el de hermano pequeño que contempla, desde la distancia, cómo los mayores luchan por mantener su parcela de poder. Desde la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) subrayan que no hay nada que decir sobre los movimientos accionariales de Alemania y Francia y que España se siente muy cómoda con su actual participación del 5,47%. Y eso pese a las reiteradas peticiones de los sindicatos para que el Gobierno aumente el peso español en la empresa y la disposición, incluso, hace unos años del Ministerio de Industria para que esto fuera así.

El otro frente que se abre en EADS es el de los nombres en puestos clave de la compañía. El consejero delegado, Louis Gallois, que ya tiene 66 años, se jubila a mediados del año que viene. Como señaló el propio directivo francés la semana pasada al Frankfurter Allgemeine Zeitung, no hay razón para pensar que el relevo se aplace y que su sucesor no sea el alemán Tom Enders, actual responsable de la filial Airbus.

Más relevos en la cúpula

Este cambio llevaría aparejado otro a nivel de presidente, un puesto que tiene más de representativo que de gestión. Según el pacto de turnos cerrado entre los accionistas principales de EADS, si el consejero delegado pasa a ser alemán, el presidente tendrá que ser francés. Y viceversa. Y ambos, deben ser consensuados. Así que, Bodo Uebber deberá ceder su asiento a un representante galo, previsiblemente, a Arnaud Lagardère. Siempre y cuando, el magnate galo de la comunicación mantenga su actual participación en el grupo ya que, de no ser así, difícilmente se podría justificar su nombramiento.

Pero, además, se avecinan más cambios entre la alta dirección. La salida de Enders de Airbus obligaría a buscarle un sustituto. Como principal candidato se baraja a su número dos, Fabrice Brégier. También queda por ver qué va a suceder con Lutz Bertling, presidente de Eurocopter, cuyo mandato finaliza este año 2011.

Por el lado de España, también es probable que se vean nuevas caras. El máximo ejecutivo español en el grupo, Domingo Ureña, tiene contrato hasta 2014 pero el representante en el consejo de administración, el ex ministro Juan Manuel Eguiagaray, podría tener que salir de EADS si, el año que viene, el PP llega a La Moncloa. Se prevé un año agitado en el grupo.

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