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Viajes

Capital europea, puerta a 10.000 islas

Turku, la ciudad más antigua de Finlandia, redobla este año su oferta cultural.

Con 900 años de historia plasmados en edificios que dan aroma medieval, guiños al diseño de vanguardia y un archipiélago de 10.000 islas a tiro de piedra, la localidad finlandesa de Turku es un destino tan atractivo como poco conocido para el viajero español. Este año se dispone a proyectarse al exterior aprovechando su condición de capital europea de la cultura, que comparte con una localidad situada a solo 250 kilómetros de distancia, la estonia Tallin.

Para la ocasión, Turku ha reforzado su ya notable programa cultural. Hablamos de una ciudad que cuenta con cinco universidades para solo 175.000 habitantes -es la quinta localidad del país-, y que organiza cada año numerosos eventos para su efervescente población joven. Por ejemplo, en las proximidades se celebra desde los años setenta el primer festival de rock escandinavo, el Ruisrock, en el que decenas de miles de entusiastas toman la isla de Ruissalo durante unos días de verano.

El centro de la actividad de la capitalidad europea será el Logomo, un pabellón de aspecto industrial en cuyos 9.000 metros cuadrados se vivirá un intenso calendario de actividades. Ya está abierta la que se anuncia como la mayor exposición de arte contemporáneo de la historia de Finlandia, titulada Alice in Wonderland -Alicia en el País de las Maravillas-. Sin embargo, la capitalidad europea se deja sentir por el resto de la ciudad en incontables actividades, algunas tan curiosas como la instalación de cinco saunas "de diseño" a cargo de creadores locales que invitan en distintos puntos de la ciudad a conocer este rito y tradición finlandesa.

Los encantos tradicionales de la ciudad se reparten a ambas orillas del río Aura, que es su eje vertebral y desemboca en el cercano mar Báltico. En los tres kilómetros que separan la catedral, en la orilla este, del castillo, en el oeste, se encuentra el cogollo de esta ciudad de origen medieval, el primer asentamiento urbano en lo que hoy es el terreno finlandés, y que fue la capital original del país durante una de sus escasas etapas de independencia antes del siglo XX.

Por ejemplo, resulta de interés el museo Ars Nova, que cuenta con una excelente colección de arte contemporáneo que incluye piezas de artistas como Warhol o Hockney. O los rincones que la ciudad ha dedicado a dos de sus hijos predilectos: el maratoniano multicampeón olímpico Paavo Nurmi y el músico Jan Sibelius, que no nació en Turku, sino en la comarca cercana, y que cuenta aquí con su museo más importante.

Turku, por cierto, significa en finlandés "mercado", y el espíritu comercial sigue bien vivo en la localidad, tanto en su plaza central (del Mercado, precisamente), como en los incontables locales de objetos de diseño desperdigados por el centro de la ciudad. Material muy original y con manufactura artesana en muchos casos.

Aunque la ciudad tiene para visitar un fin de semana largo, sería un desperdicio viajar hasta allí y no quedarse más tiempo para conocer el archipiélago finlandés, las 10.000 islas que se esparcen a lo largo de la costa próxima y que en muchos casos pueden recorrerse en automóvil y ferry. Uno de los últimos rincones de naturaleza casi virgen en Europa.

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