Ella es la web
Su apellido Encabeza un recibo de 315 millones de dólares. AOL no compra un portal de noticias, sino un estilo propio de hacer periodismo. Y, además, el alma de su fundadora.
Parece un exceso de egolatría. También recuerda al prestigioso diario de Washington. Pero en realidad, el nombre -Huffington- de la última gran adquisición digital es heredado. Arianna Stassinopoulos, nacida en 1950, sigue manteniendo un marcado acento que delata su origen griego. Aun así, ha conseguido enfundarse el prototípico traje de dama estadounidense y se mueve como pez en el agua en los asuntos del Capitolio. La proyección de su ego, The Huffington Post, adelanta el porvenir de la prensa, y su integración en el dinosaurio tecnológico AOL encarna la imparable metamorfosis de la red de redes.
La ateniense dejó la polis con 16 años por una aventura británica. Su padre, editor y resistente frente a los nazis, había sembrado en ella la primera semilla del periodismo. Una beca le permitió acceder a la Universidad de Cambridge, donde estudió Economía y llegó a presidir la Union Society, el célebre grupo de debates del claustro. En la década de los setenta ya aparecía en tertulias de la BBC, tanto en radio como en televisión. Allí conoció al reputado moderador Bernard Levin, "el amor de su vida", al que no obstante abandonó después.
Con 30 años decidió embarcarse a Estados Unidos. No tardó en rodearse de influyentes figuras como el psicólogo y hoy líder espiritual Roger Delano, el exgobernador de California Jerry Brown y el magnate John Getty. En una fiesta de este último conocería en 1986 al hombre del que tomó el apellido anglosajón. Michael Huffington, hijo de un empresario petrolero y militante del Partido Republicano, fue su esposo hasta 1997, poco antes de confesar su bisexualidad y convertirse en defensor del colectivo LGBT.
Arianna serpenteó entre los círculos conservadores apoyando activamente a su exmarido en su paso por la Cámara de Representantes y, después, en su fallida candidatura al Senado. Se dio a conocer ante la opinión pública norteamericana en varios shows televisivos. Como escritora tuvo que afrontar repetidas acusaciones de plagio, como el caso de la biografía de María Callas que se resolvió con un pago extrajudicial.
Durante las guerras balcánicas cargó contra la intervención militar y su percepción ideológica giró a la izquierda, aunque sostiene que "ya cuando era republicana" defendía causas como el control de las armas, el aborto y los derechos de los homosexuales. En 2003 se presentó como candidata independiente al puesto de gobernadora de California frente a Arnold Schwarzenegger. Pero se vio forzada a retirarse cuando salió a la luz que solo había pagado 771 dólares de impuestos en dos años. Su penúltimo libro, Right is Wrong, es un ataque contra la derecha ultraconservadora al acecho de Obama.
The Huffington Post surgió en 2005 tras dos incursiones anteriores en la blogosfera, una en campaña para pedir la dimisión de Bill Clinton. Junto a los emprendedores de internet Kenneth Lerer y Jonah Peretti, Huffington concibió "un agregador de noticias" fruto de colaboraciones gratuitas de personalidades de la cultura y la política, también con cabida para el periodismo ciudadano.
La contratación a sueldo no ha llegado hasta los primeros ingresos. El año pasado, por primera vez en números negros, se facturaron 31 millones de dólares. La plantilla, con solo siete asalariados al principio, asciende ahora a cerca de 200 personas. El modelo se ampara en lo que Nacho de Pinedo, consejero delegado del Instituto Superior para el Desarrollo de Internet, llama "meritocracia digital", con distintos rangos para cada colaborador en función de la cantidad y calidad de sus aportaciones.
El Huffington es hoy el segundo diario digital más seguido en EE UU, después del New York Times, y tercero del mundo tras el británico Mail Online, según la consultora de marketing comSore. La madrina del periodismo online explica en su cabecera el acuerdo con AOL -de 300 millones de dólares en efectivo y 15 en acciones- como una "fusión de visiones". La vinculación con otras webs de AOL, como la plataforma ciudadana Patch, contribuye a uno de los propósitos sentados para 2011: una mayor expansión de secciones locales. Y a la anquilosada AOL le sirve para reinventarse tras su fracaso con Time Warner. De Pinedo ve una pega: "El Huffington tenía un aura romántica de desafío al statu quo", comenta. "Muchos de los colaboradores van a dudar ahora en seguir escribiendo para ella".