Modelo y política industrial de futuro
La crisis económica y financiera global que ha convulsionado los mercados internacionales durante los últimos años ha puesto de manifiesto las debilidades de las economías de muchos países industrializados. En el caso español, esta crisis ha provocado que nuestra industria atraviese por uno de los momentos más complicados de su historia reciente, provocando importantes caídas de producción y empleo.
Según los datos recientemente publicados por el INE, desde el primer trimestre de 2008 hasta el tercer trimestre de 2010 se perdieron más de 750.000 puestos de trabajo en la industria, descenso que ha ido acompañado de una disminución del peso relativo de este sector en nuestra economía en términos de valor añadido bruto (VAB).
El camino para salir de esta crisis pasa por la mejora de la innovación, de la competitividad y de la internacionalización de nuestra economía. Y es aquí donde el sector industrial, por su capacidad de tracción sobre el resto de sectores y por su carácter altamente intensivo en exportaciones, está llamado a jugar un papel principal en la senda de la recuperación económica.
Desde CEOE venimos reclamando hace tiempo una reorientación del modelo productivo en la línea de que la actividad industrial recupere peso en términos de PIB, y por ello nos parece apropiado que se haya aprobado recientemente por el Gobierno el Plan Integral de Política Industrial 2020 (PIN 2020) en el que se abordan los aspectos fundamentales de la política industrial, a fin de que esta se convierta en un asunto prioritario de la atención y acción política.
Como ya señaló CEOE cuando elaboró su plan de competitividad industrial, es necesario que se pongan en marcha una serie de medidas para mejorar la productividad y de entre ellas quisiera destacar:
l La necesidad de mejorar la financiación de las empresas industriales ya que por la propia esencia de su actividad son empresas intensivas en capital.
l Es imprescindible también que las industrias puedan adoptar sus recursos a la demanda de manera rápida y con agilidad y para ello se debe mejorar, a través de la negociación colectiva, la flexibilidad interna de las empresas.
l Es igualmente necesario contar con un suministro de energía estable y competitivo.
l Se debe considerar que la mejora de la formación, en todo su itinerario educativo, es otro aspecto clave para aumentar la productividad.
l La internacionalización de nuestra economía es un aspecto fundamental, siendo en este sentido muy recomendable que se establezcan mecanismos y líneas de apoyo para que las pymes industriales ganen tamaño y puedan acometer, con un mínimo de garantías, el proceso imprescindible de su internacionalización.
La crisis que vive el sector industrial desde hace casi tres años y que continúa en la actualidad, se puede convertir en una magnífica oportunidad para mejorar el futuro de nuestra sociedad del bienestar si, desde el ámbito político en general y desde el Gobierno en particular, se apuesta, de manera decidida, por llevar adelante una verdadera política industrial en consonancia con lo que se está haciendo desde la Comisión Europea acerca de la Estrategia Europea 2020 que recoge, como una de sus iniciativas estratégicas, un plan de política industrial para la era de la mundialización. Esa apuesta se debe llevar a cabo con el convencimiento de que la clave, para un futuro sostenible de la sociedad, es contar con un sector industrial fuerte, competitivo, innovador e internacionalizado.
J. Miguel Guerrero. Presidente del Consejo de Industria de CEOE