Egipto profundiza en el caos
Los sobornos del Gobierno para mantener al pueblo de su parte solo profundizará el desastre financiero de Egipto. El frágil Gobierno del presidente Hosni Mubarak busca desesperadamente apuntalar el apoyo en medio de las protestas. La última táctica es un aumento del 15% en los sueldos del sector público y las pensiones.
El Gobierno está destinando 1.090 millones de dólares para el movimiento, que entrará en vigor en abril. El aumento salarial modificaría la previsión de déficit fiscal de alrededor de 8,5% a julio de 2011, según las estimaciones anteriores a la crisis de Barclays Capital, hasta cerca de un 9%. Con ello el déficit sigue por el camino equivocado. El país tiene que hacer frente a una inflación anual del 17%. También se espera que el Gobierno deje de lado la introducción de nuevos impuestos para mantener el apoyo popular.
El éxodo de los inversores extranjeros ha hecho subir los costes de financiación. El rendimiento medio de su deuda ha aumentado alrededor del 1% desde que comenzaron los disturbios. La necesaria reforma económica se encuentra en espera, y el impacto total conduce el déficit fiscal este año al 12,3% del PIB, según Credit Agricole. Eso es más alto que el de Líbano e Irak. La deuda podría alcanzar el 97% del PIB en 2014.
El gasto adicional podría ser bienvenido si fuera dirigido correctamente, por ejemplo a infraestructuras que ayudaran a crear puestos de trabajo. Pero los intentos para contentar a un electorado que tradicionalmente ha apoyado al régimen solo profundizará el desastre financiero de Egipto.
Por Una Galani