El próximo reto de los regatistas será el anticiclón Santa Helena
Una vez alcanzados los alisios del Sureste -los barcos de la Barcelona World Race están recibiendo más del Este de lo que es habitual-, su siguiente preocupación es el anticiclón de Santa Helena, amo y señor de la climatología del Atlántico Sur, como el de las Azores en el Atlántico Norte. En el verano austral, el anticiclón de Santa Helena se ve perturbado por las bajas térmicas que se producen en los continentes sudamericano y africano y varía mucho de posición, lo que supone un nuevo quebradero de cabeza.
Por lo general, los navegantes se alejan notablemente de la ortodrómica para seguir los "pasillos" de vientos de componente norte que se crean en el lado oeste del anticiclón. En la pasada regata, los barcos bajaron el Atlántico Sur en un pasillo muy estrecho de vientos del norte en el que estuvieron durante siete días antes de arrumbar hacia el cabo de Buena Esperanza.
En esta edición ocurre algo similar. La evolución de un frente, que está estacionario en la latitud de Cabo Frío, crea un pasillo de viento atractivo para ganar sur rápidamente.