Estalla la convivencia en bancaseguros
No habrá tregua ni armisticio. Ni paz armada ni guerra fría. El seguro toma posiciones ante las idas y venidas bancarias porque el choque será frontal. El arranque de las fusiones virtuales de las cajas empuja a las aseguradoras a echar mano del talonario.
La industria del seguro se tomó con una buena dosis de cautela y otra de paciencia la reordenación del mapa de ahorro pergeñada la pasada primavera. Sus efectos se harían sentir, pero a su debido tiempo. La propia Dirección General de Seguros (DGS) dio pie a ello al admitir la posibilidad de que varias aseguradoras convivieran temporalmente bajo el paraguas de un mismo sistema institucional de protección (SIP). Si las partes se entendían en torno al reparto del negocio, la opción era jurídicamente viable. Los casos se analizarían uno por uno.
Pero el periodo de no agresión tácita ha saltado por los aires. El agravamiento de la crisis de la deuda soberana en Europa ha empujado al Banco de España a demandar a las entidades de ahorro un grado de compromiso inequívoco. Así, las "fusiones frías" se han convertido en "integraciones tibias", si no "calientes". Las sociedades que ejerzan de cabecera de los SIP concentrarán casi toda la actividad financiera de los socios y esto afecta también a la emisión de pólizas. Esta es la piedra de toque del ajuste que se avecina. La redefinición de las alianzas supondrá un "cambio espectacular" para el seguro, como destaca un consultor con una larga experiencia.
Mutua Madrileña dio la semana pasada un golpe de efecto al sellar una alianza estratégica con La Caixa para el ramo de daños. No fue ha sido el primer acuerdo (en otoño se produjeron los pactos de Mapfre con Catalunya Caixa, y de Aegon y Reale con Unnim), pero sí ha sido el más llamativo por su importe: 1.075 millones de euros a cambio del 50% de Vidacaixa Adeslas.
Las fuentes consultadas por este periódico coinciden, a grandes rasgos, en su valoración del contrato. "Estratégicamente es una magnífica operación para Mutua Madrileña, pero le ha salido muy cara. Probablemente podría haber negociado a la baja el precio porque prácticamente no había nadie con el dinero o la capacidad de maniobra para pujar por esa alianza", indica el citado consultor.
"Mutua ha hecho una apuesta fortísima que resucita su vieja rivalidad con Mapfre por el liderazgo del seguro español", reflexiona un alto directivo de una aseguradora. Durante años, la una y la otra competían por ser el referente de la industria, ya fuera con sus resultados o por su tamaño. La mala racha de algunas inversiones bursátiles de Mutua y la desmutualización de Mapfre dejó obsoleto un pulso que resucita atizado en el ámbito bancario. Un grupo se vuelve aliado de La Caixa y el otro es socio histórico de Caja Madrid.
De hecho, la revolución bancaria podría traer otro gran cambio a la industria aseguradora. Mientras la banca ha sido toda la vida eminentemente nacional, los primeros puestos del seguro en España han correspondido a firmas foráneas como Axa, Allianz, Generali o Zurich. La presencia de algunas se remonta hasta mediados del siglo XIX, incluso.
El podio del seguro está llamado a cambiar al vaivén de la reordenación de bancos y cajas y, de momento, los nombres de raigambre ibérica han ganado posiciones. Mapfre mantiene su liderato (número 1 del ranking) y ve cómo ganan posiciones La Caixa (3) y Mutua (4). Para el país es relevante que el gremio piense en español. Las aseguradoras destinan dos tercios de sus inversiones a renta fija y, según estimaciones del Ministerio de Economía, atesoraban al cierre de 2009 unos 27.000 millones en títulos de deuda nacional. A este dinero se sumarían los 10.000 millones en manos de fondos de pensiones.