BP intenta rehacer el negocio desde Rusia
Tras la catástrofe del golfo de México, BP mira a Rusia para renacer. La petrolera británica era objetivo de posibles operaciones a raíz de la tragedia, pero pocos esperaban que vinieran de Rusia. Ahora BP ha pactado un intercambio de acciones por valor de 16.000 millones de dólares (unos 12.000 millones de euros) con la estatal Rosneft. Implica dilución al tiempo que están deprimidas las acciones de BP. A cambio, obtiene acceso a las prospecciones del Ártico como socio minoritario. No es gran cosa. Pero podría, posiblemente, valer la pena.
Rusia ya es clave para el futuro de BP. Un cuarto de las reservas del grupo proceden de una joint venture rusa, TNK-BP. El acuerdo con Rosneft demuestra que BP todavía puede adquirir licencias de exploración potencialmente jugosas pese al derrame del pasado abril. El área a explotar, en la cuenca ártica, es de un potencial aparentemente enorme, y Rosneft no tiene experiencia para perforarla en solitario.
Todo esto tiene un precio, por supuesto. BP se ve obligada a agasajar al Gobierno ruso, propenso a cambiar las reglas del juego. Pero el presidente de BP, Bob Dudley, conoce los peligros de Rusia mejor que nadie. Tuvo que huir del país en 2008 después de entrar en desacuerdo con los accionistas rusos de TNK-BP. Por otra parte, BP está emitiendo 7.840 millones de dólares (5.894 millones de euros) en acciones aparentemente baratas, o un 5% de la empresa por un 9,5% en valores de Rosneft al mismo precio. Las acciones de BP están lejos de sus mínimos, pero sigue cotizando un 24% por debajo de su nivel anterior al accidente del Golfo. Sobre el papel, Rosneft parece más caro, con una relación precio-ganancias de 7,5 basada en las estimaciones para 2011 frente a las 7,2 de BP, aunque ambas empresas conllevan riesgos muy diferentes.
No hay detalles sobre los aspectos económicos de la exploración, pero parece que Rosneft se hará con dos terceras partes y BP con el resto. En general, la operación resulta difícil de justificar. Sin embargo, el futuro de BP depende del acceso a reservas de petróleo y ese es el principal motivo de la inversión. Los peajes que BP ha de pagar para hacer negocios en Rusia deben verse en ese contexto. BP está podando su cartera de petróleo y gas para sufragar el desastre del Golfo y necesita volver a crecer. La participación de Rosneft no es una píldora envenenada para un acuerdo mayor. Si BP descubre grandes cantidades de petróleo, el convenio puede valer la pena.
Por Fiona Maharg-Bravo.