El declive de la industria frente a Alemania e Italia
Las pymes están centradas en servicios y usan poca tecnología.
Escaso uso de la tecnología, centrada en sectores de poco valor añadido y muy concentrada en cuatro comunidades autónomas. Este es el preocupante diagnóstico que realiza un estudio a nivel europeo elaborado por la entidad financiera italiana Mediobanca, para el que se han elegido empresas manufactureras medianas, con unas ventas de 13 a 290 millones y con hasta 500 trabajadores. En el mismo se pone de relieve el profundo declive de la industria en España en favor de los servicios, aún más evidente en su comparación con el tejido industrial existente en Italia y Alemania.
Un dato que así lo avala es la especialización de las pymes en España. Una de cada cuatro empresas trabaja en el ámbito de la ingeniería mecánica, un porcentaje muy inferior respecto al de las pymes italianas en este terreno (un 35,6% del total) y de Alemania (un 46,1%). "Las empresas más rentables de estos tres países son las alemanas, porque son las que mayor valor añadido aportan a su producción para ir creciendo y generando mayor actividad. Esto se nota especialmente en que tienen mayor tamaño que las italianas y las españolas, ya que en algunos casos llegan a 750 empleados", apunta a CincoDías Juan Antonio Maroto, profesor del departamento de Economía Financiera de la Universidad Complutense y autor de la parte correspondiente a España.
Muestra del escoramiento de las pymes hacia sectores de poco valor añadido es la elevada participación de alimentos y bebidas (un 24,2% del total, diez puntos más que lo que sucede en Italia y Alemania) o el del equipamiento del hogar (con un 18,8% del total). El crecimiento experimentado por este último sector se explica en gran medida por el boom inmobiliario vivido en España hasta 2007, que llevó a esa industria a hacer más casas en España que en Italia, Francia y Reino Unido juntos. La industria auxiliar sufrió un crecimiento sin precedentes, que generó mucha actividad y una gran cantidad de empleo y que desapareció con la misma rapidez con la que surgió.
La concentración geográfica de la industria española es otro factor que muestra cómo la actividad manufacturera se ha limitado casi en exclusiva en País Vasco, Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid. En el resto apenas hay industria, en gran medida por la terciarización de las economías regionales, muy centradas en sectores como la hostelería, el comercio, el turismo o los servicios a empresas. Una especialización que ha llevado a los servicios a tener un peso del 66% en el PIB, del que se ha beneficiado la economía en los quince años de crecimiento continuado, pero con el que se ha visto muy perjudicada cuando ha llegado la recesión al retroceder todos los sectores al mismo tiempo.
Gasto en I+D
Otro motivo que, a juicio de Maroto, diferencia a España respecto al resto de socios europeos es el concepto de I+D. "En España se entiende como inversión industrial en I+D todo aquello que te puedes deducir a través de Hacienda. Esto hace que el gasto se centre exclusivamente en presentaciones, marcas, modelos, diseños, pero no en avances tecnológicos. Eso es lo que provoca que por mucho dinero que se invierta no se esté cerrando la brecha tecnológica con las sociedades más avanzadas", apunta. A su juicio, las pymes se han unido en Italia y Alemania en clusters para mejorar las condiciones de acceso al crédito, algo que no se hace en España "lo que dificulta sobremanera la posibilidad de financiarse a través de los canales tradicionales". De hecho, cuatro de cada diez pymes en España tienen que recurrir a préstamos a la banca para financiarse, un porcentaje que desciende dos puntos en el caso de Alemania, cuyas compañías tienen mayor facilidad para obtener crédito.
Claves
Fiscalidad. Maroto considera imprescindible una homogeneización de las cargas fiscales en Europa. "En España las pequeñas y medianas empresas pagan la mitad que en Italia o Alemania en Sociedades, aunque este coste se compensa en parte través de un mayor pago en cotizaciones sociales".Tamaño. El estudio concluye que las empresas con menor tamaño son las más rentables, las que más empleo crean y las que más venden en función de lo que invierten. Esta regla se cumple en los tres países estudiados.