Las cajas buscan bajar el peso de su plantilla en servicios centrales al 6%
Las cajas de ahorros no solo reducirán considerablemente este año su red de oficinas y plantilla; también, si los mercados lo permiten, saldrán a Bolsa. Además pretenden dar un espectacular vuelco a su estructura para ganar eficiencia. Para ello, quieren reducir el peso de sus servicios centrales del 20% de media actual al 6%.
Las cajas de ahorros están sufriendo una transformación completa. Incluso en su política comercial. Mientras que ajustan sus estructuras, con la reducción de entre un 15% a un 20% de su plantilla y de un porcentaje similar en el caso de su red de sucursales, aprovecharán para dar un giro a la composición de sus servicios centrales.
En la actualidad el 20% de la plantilla de bancos y cajas desarrollan su actividad en los servicios centrales de las entidades. Mientras que el 80% restante se dedica a labores comerciales en la red de oficinas.
El objetivo de un gran número de cajas, según han explicado sus propios responsables, es conseguir aligerar considerablemente el peso de sus servicios centrales para potenciar la venta de productos, que es el área que proporciona ingresos y en el que se va a centrar el crecimiento de estas entidades. Más en estos momentos de crisis, con desplomes de los márgenes de intereses consecuencia de la caída del negocio, la subida de las primas de riesgo y de las remuneraciones de los depósitos, principalmente. Por ello, las recetas tradicionales pasan por reducir costes y lograr mayores ingresos con la venta cruzada de productos, algo que solo se consigue en crisis poniendo a todos los empleados a realizar tareas comerciales.
El porcentaje que consideran idóneo en estos momentos es que la red esté integrada por el 94% de la plantilla, mientras que solo el 6% restante esté ubicado en los servicios centrales, cuya actividad principal son funciones burocráticas.
Una de las vías para conseguir este objetivo es, además, de pasar personal a las oficinas, externalizar todos aquellos servicios que no sean estratégicos para una entidad financiera. Eso es lo que lleva haciendo en los últimos años La Caixa, según explicaron sus responsables a las cajas en unas convención de la Comisión de Organización, Automatización y Servicios (COAS), dependiente de CECA, celebrada en Tenerife a finales de octubre.
La Caixa precisamente es una de las entidades financieras españolas con un menor peso de los servicios centrales. En estos momentos, es inferior al 6%.
El presidente de Banca Cívica y director general de Caja Navarra, Enrique Goñi, también ha expresado como uno de los objetivos del sector que los empleados de las cajas no superen el 6% en servicios centrales. La Caixa, por ejemplo, elige para externalizar sus servicios no estratégicos empresas ubicadas en regiones periféricas españolas. Otra vía para simplificar la estructura es descentralizar la gestión, eliminar los procesos sin valor añadido e impulsar los canales alternativos en banca, como el móvil, internet o los cajeros automáticos.
La principal función de la COAS es precisamente fomentar la colaboración entre las cajas de ahorros para reducir costes. Es decir, para la externalización de algunos servicios del sector.
La marca como elemento diferenciador
Desde 2004 hasta ahora la estructura de La Caixa ha dado un vuelco. Hace seis años, las tareas administrativas eran desempeñadas por el 52% de su plantilla, y solo el 48% se dedicaba a actividades puramente comerciales. Esta proporción se ha ido invirtiendo y ahora la actividad comercial representa el 75% de su plantilla. Es decir, tres de cada cuatro empleados de la caja catalana son comerciales. En La Caixa también se destaca como clave el valor de la marca. La entidad asegura que debe ser cercana, innovadora y universal, fácilmente reconocible y que resulte sencillo de identificar. Y añade que tiene que ser capaz de sintetizar y transmitir los rasgos que representan su hecho diferencial en el mercado y debe ser muy diferente a la del resto de entidades. Debe unificar la dimensión social y financiera de la entidad como mayor ventaja estratégica.