Musgo entra en concurso al no encontrar nuevos inversores
La cadena de artículos de regalo y decoración Musgo ha solicitado su entrada en concurso de acreedores después de cuatro meses en los que su principal accionista, Ahorro Corporación (con el 87,5% del capital), no haya conseguido dar entrada a nuevos inversores y ante las dificultades de renegociar una deuda con siete entidades financieras.
Una de las cadenas de decoración y artículos de regalo con más tradición está a punto de echar el cierre. La firma Musgo, que cuenta con una red de 30 locales a lo largo de la geografía española, solicitó el viernes su entrada en concurso de acreedores después de meses de vanos intentos de reflotar una sociedad a la que la crisis ha puesto contra la espada y la pared.
La encargada de presentar la solicitud de concurso ha sido Ahorro Corporación, el vehículo de inversión de las cajas de ahorros. No en vano, su gestora de capital riesgo AC Desarrollo -a través de AC Desarrollo Capital Premier II- es el principal accionista de Musgo con una participación del 87,5%. El resto del accionariado (12,5%) permanece en manos de la fundadora de la cadena María Rosa Riu y de su hijo, Borja Oria, a quienes los malos momentos de Musgo no han pillado por sorpresa.
En 2009, la cadena puso en marcha una ampliación de capital por valor de cuatro millones de euros que fue suscrita prácticamente en su totalidad por Ahorro Corporación y a la que no pudo acudir la creadora de la empresa. Borja Oria tan solo suscribió de manera testimonial.
La cadena de artículos de regalo y decoración fue fundada en 1971 por María Rosa Riu
De hecho, Oria era hasta hace casi un año el director general de Musgo, puesto que se vio forzado a abandonar la pasada primavera. Entonces la dirección pasó a manos de un nuevo equipo gestor, que ha sido el encargo de intentar sacar a flote la sociedad.
Los problemas de Musgo quedaron patentes el pasado mes de octubre, cuando la sociedad decidió acogerse al artículo 5.3 de la Ley Concursal. æpermil;ste permite contar con un plazo de cuatro meses en los que tratar de reestructurar la sociedad renegociando la deuda con los bancos acreedores y evitar así la entrada inmediata en concurso. Sin embargo, este colchón de tiempo no ha sido suficiente.
Fuentes próximas a la sociedad explican que la banca acreedora -que agrupa a siete entidades financieras- no ha dado facilidades a la hora de refinanciar la deuda, aunque el importe exacto de ésta no ha trascendido. Musgo cuenta actualmente con un pasivo que ronda los 15 millones de euros.
Esta negativa situación financiera no ha mejorado en los últimos meses. Musgo acaba de cerrar el ejercicio 2010 con unos números rojos que se situarán en torno a los 3,6 millones de euros, mientras que su volumen de ventas alcanza los 20 millones de euros.
Desde octubre, el equipo gestor ha tratado de buscar alternativas para garantizar la viabilidad de la empresa, pero hasta ahora no lo ha conseguido. La principal alternativa que barajaban los gestores era la entrada de nuevos inversores, por ejemplo, firmas de capital riesgo. Una opción que, aseguran, aún está sobre la mesa y que sería la vía más factible para asegurar la continuidad de la empresa.
Antes de la crisis, nada hacía prever la difícil situación que iba a vivir Musgo. Pasó de una red de 10 establecimientos en 2001, hasta alcanzar los 32 locales en 2009. De hecho, llegó a planear el salto a otros países europeos como paso previo para desembarcar en diferentes mercados americanos, como México, Venezuela o incluso Miami, en Estados Unidos. Un objetivo ambicioso para una sociedad creada en 1971 en el madrileño barrio de Salamanca. Precisamente, la entrada de Ahorro Corporación en su capital a mediados de 2006 (con una participación inicial en torno al 47%) tenía como objetivo servir de soporte para la expansión de la cadena.
La cifra
30 son las tiendas con las que cuenta la cadena Musgo en toda España. En ellas contaba con una plantilla total de 270 personas.