_
_
_
_
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Ganar en Bolsa con dividendos y fusiones

El año que acabamos de inaugurar abre una nueva incógnita para los inversores de renta variable, especialmente para aquellos que centren sus apuesta en la Bolsa española. Todo apunta a que va a ser un ejercicio de volatilidad intensa, con ausencia de una tendencia claramente definida. La recuperación de la economía internacional puede aportar un poco de serenidad a algunas plazas europeas, la duda está en si entre éstas estará el parqué español.

A los valores de la Bolsa española les costará zafarse de las dudas sobre el crecimiento de la economía -rezagada del resto de la zona euro- y especialmente de la desconfianza internacional sobre la deuda soberana. De hecho, los ataques se reprodujeron esta semana ante los problemas de Portugal para colocar su última emisión de deuda, que ha elevado el diferencial del bono español por encima de los 260 puntos básicos el viernes. Crecimiento económico débil y dudas financieras son, sin duda, un cóctel explosivo que pesará como una losa sobre todos los valores que cotizan en las plazas españolas.

Ante tal panorama los inversores a muy corto plazo pueden encontrar oportunidades si mantienen el temple y hacen apuestas acertadas: como siempre, la rentabilidad en juego estará directamente ligada al riesgo que se esté dispuesto a correr. Cosa muy distinta es para los ahorradores a largo plazo, por principio más conservadores, y más en momentos de incertidumbre. Afortunadamente para ellos, la Bolsa española -que a priori parte en desventaja respecto a las revalorizaciones previstas para 2011- gana por goleada al resto de mercados de la renta variable en las ganancias por dividendo. Los datos en este punto son especialmente atractivos: seis de cada diez empresas del Ibex mejorarán su retribución respecto al año anterior y la rentabilidad se situará de media cerca del 6%. Eso significa dos puntos porcentuales por encima del Cac francés, casi el doble del Dax alemán y cerca de seis veces superior al Nasdaq, el principal índice tecnológico de Estados Unidos.

Son unos beneficios que compiten con superioridad frente a otros activos como la renta fija -a pesar de los altos precios que se están pagando tanto por los bonos soberanos como por los corporativos- y los depósitos de cajas y bancos, enzarzados en una guerra del pasivo para captar liquidez.

Como muestra, el dividendo de Telefónica, la líder de la Bolsa y la empresa de mayor rentabilidad por este concepto del Euro Stoxx, podría alcanzar el 10% medido sobre el valor actual de la acción. La operadora ha despuntado por su política de retribución al accionista, aumentando de forma ostensible y continuada su recompensa de los últimos años.

Además, el fuerte ajuste que han soportado muchos de los valores del Ibex ofrece unos precios muy atractivos que aseguran interesantes rentabilidades por dividendo, una circunstancia que previsiblemente permitirá obtener también ganancias con revalorizaciones a medio y largo plazo cuando aminore el castigo sobre la Bolsa española.

Las revalorizaciones pueden llegar también de la mano de las operaciones corporativas, tanto fusiones como adquisiciones. Los expertos vaticinan que la recuperación de este tipo de movimientos corporativos iniciada el pasado año continuará durante el presente ejercicio. Varios factores lo avalan: hay empresas en venta por los errores estratégicos cometidos durante la crisis; muchas compañías cotizadas se han colocado a precios muy asequibles en Bolsa; los grupos más poderosos han reducido su endeudamiento y cuentan con liquidez, y por último, se prevé la relajación de las condiciones financieras.

Durante 2010 se produjeron 62 fusiones o adquisiciones diarias en todo el mundo, según datos de Inversis. Tomar posiciones en empresas con posibilidades de ser absorbidas es una apuesta difícil pero muy rentable si se acierta, ya que las primas pagadas se sitúan fácilmente por encima del 20%. Incluso mucho más si compiten varias ofertas por la misma empresa. El año, que obviamente se presenta duro, ofrece también alicientes para los inversores más avispados.

Más información

Archivado En

_
_