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El Ibex cae el 1% tras la fuerte subida de la prima de riesgo

La crisis de deuda vuelve a asomar en los parqués europeos

Las dudas y los miedos están de vuelta. El Ibex vivió su segunda jornada consecutiva de recortes tras caer ayer un 1%. El castigo a la deuda lastró a la banca, que arrastró al selectivo al entorno de los 9.700 puntos, una cota que no registraba desde principios de diciembre.

El día de Reyes vino acompañado de un regalo envenenado para la Bolsa española. La crisis de deuda soberana de los países de la periferia europea volvió a planear en el mercado. En España, el 'efecto China' ha durado bien poco. En las últimas horas de negociación, las primas de riesgo de España, Italia, Bélgica y, sobre todo, Portugal, se dispararon. Precisamente, el posible rescate del país luso, parece cada vez más cerca para los analistas. El riesgo país en España volvía a situarse cerca de los 260 puntos básicos, (258) tras iniciar la jornada en 240 puntos.

Detrás de ese castigo, que arrastró a su vez al mercado de divisas, se encuentran varias razones. En primer lugar, la cercanía de las próximas subastas de deuda en varios países "periféricos" europeos, que motivaron las ventas de deuda de bonos a medio y largo plazo , con lo que los inversores buscan obtener mayor rendimiento en los nuevos títulos que se emitan. Además, a media tarde se hizo pública una encuesta de Reuters a diversos analistas, en la que una amplia mayoría daba por hecho la cercanía del reiteradamente comentado posible rescate de Portugal. Y por último, una propuesta de Michael Barnier, comisario europeo de Mercado Interior y Servicios Financieros que podría haber motivado la huida de varios inversores. En la misma, la Comisión Europea propone que los acreedores privados de los bancos contribuyan a financiar el coste de las futuras liquidaciones de entidades, de manera que el peso no recaiga únicamente en el contribuyente, como ocurrió en la actual crisis.

Así, la rentabilidad exigida al bono español a diez años se disparaba en el tramo final hasta recuperar el 5,5%. Mientras que el riesgo país de Portugal escalaba por encima de los 400 puntos.

El peor parado ante el nuevo escenario ha sido el sector financiero, que arrastró al Ibex al entorno de los 9.700 puntos, cota que no registraba desde principios de diciembre. BBVA cayó un 2,16% y Santander se dejó un 2,08%. Además, los grandes valores también cayeron. Repsol cedió un 0,81%, Iberdrola el 0,72% y Telefónica un 0,15%.

La jornada ha estado marcada por los continuos vaivenes. La Bolsa no encontraba una tendencia clara y las subidas y los descensos se sucedían. Los contradictorios datos económicos no han ayudado a despejar las dudas, si bien el aumento de las peticiones semanales de subsidios de desempleo en EE UU, que pasaron de 391.000 a 409.000, empezaron a decantar las pérdidas en el parqué. En Wall Street, que cerró el miércoles en niveles que no registraba desde septiembre de 2008, el rojo ha dominado la sesión. El Dow cayó un 0,22%, el S&P 500, un 0,21%, mientras que el Nasdaq escapó de los recortes para anotarse un 0,28%

En Europa, el resto de plazas también acusaron el deterioro de las primas de riesgo en los últimos momentos de negociación. El Footsie británico se dejó un 0,39%, el Cac parisino acabó plano, y el Dax redujo sus ganancias hasta el 0,56%, tras subir más de un punto y medio porcentual buena parte de la sesión.

El euro tampoco se libra del castigo

En el mercado de divisas, las renovadas presiones en torno a la deuda soberana de Portugal y España, a los que los analistas apuntan tras los rescates de Grecia e Irlanda, se trasladaron con contundencia al euro. La moneda única europea se depreció por encima del 1% respecto al dólar. De esta forma, el euro se cambiaba a 1,302 dólares, si bien llegó a tocar la cota de los 1,300, su cambio más bajo desde el pasado 1 de diciembre. El anunciado compromiso del Gobierno chino de continuar comprando deuda pública española "a corto y largo plazo" por valor de 6.000 millones de euros, con el objetivo de fortalecer y asegurar la recuperación europea, tal y como ya hiciera con la deuda portuguesa o griega anteriormente, solo ha conseguido calmar los ánimos especuladores durante dos jornadas.

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