_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Petróleo, IVA y tipos de interés

El Banco de Inglaterra (BoE) debe mantener la calma con el IPC. El Gobierno ha hecho subir los precios al incrementar 2,5 puntos el IVA. El Partido Laborista dice que el aumento del impuesto matará la economía, pero lo que sería realmente fatal es una respuesta excesiva ante una alta inflación.

La economía británica será un campo de batalla este año. La inflación, en el 3,3%, podría alcanzar fácilmente el 4%, el doble del objetivo del BoE. Si el banco no responde, será acusado de ignorar su mandato. Pero a menos que la economía se recupere de forma sorprendente, será mejor que mantenga los tipos bajos.

La inflación no es resultado de un exceso de dinero o por el crecimiento. Las hipotecas están bajo mínimos, los consumidores no piden créditos y el suministro de dinero exterior está plano. En cambio, Reino Unido está sintiendo los efectos del aumento de los precios por la fuerte demanda de otros países. El mayor problema es el petróleo, con el Brent a 95 dólares el barril, el nivel más alto desde 2008, lo que supondrá un mordisco para el poder adquisitivo de los consumidores.

¿Qué se puede, pues, pedir a la recuperación industrial? Diciembre mostró el mejor registro desde septiembre de 1994, aunque por la recuperación mundial. La economía inglesa comienza el año con un brutal ajuste fiscal, con alto desempleo, el precio de la vivienda cayendo y el crédito y el gasto muy débiles.

Unos impuestos más altos y un petróleo más caro no deben ser motivo suficiente para subir los tipos de interés. En su lugar, deben considerarse como alternativas a la restricción monetaria, pues ambas fórmulas desaceleran la economía. Incluida la inflación. El BoE debe templar los nervios y si no lo hace, lo pagará con el crecimiento.

Ian Campbell

Más información

Archivado En

_
_