¿Regalo de Navidad chino para Europa?
Es Navidad y Santa, al parecer, viene. El desconcierto previo por la desinformación en el Ártico parece ser chino, que trae regalos para Europa. El trineo del Santa chino está a punto de sacudir la zona euro con la compra de deuda. O al menos es el compromiso que refiere el Financial Times al señalar "la acción concertada" del Gobierno para ayudar a la estabilización del euro.
Bueno, ¿quién sabe? Pero la probabilidad de que Santa sea chino parece escasa. Por supuesto que China podría ser el Santa de Europa, si quisiera serlo. A diferencia del Banco Central Europeo, ni siquiera sería necesario imprimir más dinero. Los chinos podría utilizar sus 2,6 billones de dólares de reservas de divisas para aspirar los bonos soberanos griegos, irlandeses, portugueses y españoles. Los problemas de refinanciación de la periferia serían eliminados y la crisis de deuda acabaría por un largo tiempo.
Pero es difícil percibir lo que China obtendría a cambio, además de un montón de deuda de países con graves problemas macroeconómicos. La deuda griega superará el 150% del PIB en 2011. Y aunque el país ya está siendo rescatado por las fuerzas combinadas de la UE y el FMI, es aún probable que tendrá que reestructurar su deuda algún día. El Santa chino podría verse obligado a sufrir un recorte: una indignación difícil de imaginar. Su única compensación podría ser una estatua erigida en Atenas.
Es Atenas, sin embargo, la que arroja más dudas sobre la existencia de un Santa chino. Nada menos que el primer ministro de China, Wen Jiabao, dijo en octubre en Atenas que "China apoya un euro estable" y que no reduciría su inversión en bonos europeos. Algunos lo tomaron como una señal de que China podría llegar a rescatar la periferia del euro. Pero Irlanda desde entonces ha encabezado la crisis y el rendimiento de la zona periférica del euro ha seguido subiendo. Esto no habría sucedido si los chinos hubieran comprado en gran medida. Tal vez por eso los mercados no se han movido en esta ocasión. Quizás Santa llegará en Navidad. Pero algunos, por supuesto, dudan de que en realidad llegue.
Ian Campbell