Amancio Ortega da una señal
Al desencadenarse una crisis, el consuelo es que representa una importante fuente de oportunidades. Conforme avanza, deja de estar tan claro. Pero es al final cuando se suelen hacer las mejores inversiones. La dificultad estriba en adivinar la cercanía de ese final para dar con el momento justo. Sin embargo, hay señales que ayudan a discernir ese punto. Entre ellas, los movimientos de los grandes inversores. Por ese motivo tiene más trascendencia la decisión que ha tomado Amancio Ortega, el fundador junto a su ex esposa, Rosalía Mera, de Inditex.
Ortega ha convertido sus principales firmas de inversión de capital variable en sociedades anónimas con el objetivo de tener "total disponibilidad de los fondos para acometer otras inversiones, especialmente en el sector inmobiliario". Es decir, el hombre más rico de España deja el inestable mercado financiero para centrarse en algo mucho más tangible: el ladrillo y la tierra. Sus inversiones inmobiliarias ya son cuantiosas y todo indica que Ortega y sus asesores ven buenas oportunidades tras la mayor crisis desde la segunda guerra mundial. Y lo hacen ante un mercado inmobiliario hundido. ¿Significa esto que ha tocado fondo? El tiempo lo dirá. Pero sí está claro que, además de en el exterior, Ortega está apostando por activos que van desde la Castellana de Madrid a cualquier otro punto de España.