La Merkel del siglo XIX
"La enorme atención que la princesa Varvara Nikanórovna prestó a los asuntos de sus campesinos hizo crecer su propia fortuna de manera tan excepcional que muy pronto llegó a ser considerada la mujer más rica de toda la provincia.
Nada debía a nadie y eran pocos los que no le debían algo a ella.
La ausencia en aquellos tiempos de un sistema crediticio formal hacía que la abuela funcionara como una suerte de banco central que prestaba servicio a toda la comarca.
Cualquier noble e, incluso comerciante, podía acudir a ella para pedir un préstamo con el que cubrir alguna necesidad. El grado de solvencia del solicitante quedaba establecido por la mirada con que la princesa estudiaba al peticionario y la capacidad de pago futuro que demostraba su libro de cuentas.
Las negativas eran escasas, pero aquellos que habiendo recibido un préstamo de la abuela no saldaban la deuda en el plazo estipulado, ni acudían a solicitar prórrogas, recibían a un emisario de la prestataria con el siguiente mensaje: "No se preocupe usted de nada: ya lo he tachado con una cruz".
Y aquel cuya cuenta había sido tachada con una cruz en el libro de la abuela quedaba privado para siempre de la posibilidad de recibir créditos de ella. En el futuro podría recibir "ayuda"; crédito, jamás".
Nikolái Leskov, Una familia venida a menos, traducción del ruso por Jorge Ferrer, Barcelona, El Aleph Editores y Del Taller de Mario Muchnik, 2010, p. 90.
Foto: Angela Merkel en Bruselas (B. dM., 19-11-2009).