_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La voz del futuro en EE UU

El único disidente puede ganar todavía muchos seguidores. Thomas Hoenig ha llevado a cabo este año una campaña en solitario de restricción monetaria ante los tipos de interés establecidos por el comité de la Reserva Federal. Pero el último programa de recompra de bonos por 600.000 millones de dólares de la Fed parece haber marcado un gol en propia puerta con los inversores de bonos. Los sucesores de Hoenig pueden encontrar algunos factores en los próximos meses que ayuden a su causa.

El presidente de la Fed de Kansas City ha sido la única voz disidente a favor de una política monetaria menos expansiva en cada una de las reuniones del Comité de Mercado Abierto de este año. En 2011 debe rotar el cargo, pero será reemplazado por el presidente de la Fed de Filadelfia, Charles Plosser, que defiende la misma línea dura de Hoenig, que seguirá presente en las próximas ocho reuniones de 2011.

La decisión de la Fed del pasado 4 de noviembre de iniciar el programa de recompra de bonos de deuda por 600.000 millones a largo plazo supone que las tasas de interés disminuyan en el largo plazo. Suponiendo que las tasas aumenten considerablemente, el bono a 10 años -por ejemplo- subiría casi un punto porcentual, hasta el 3,4%. El precio del oro subió también significativamente y el aumento de un 0,8% en los precios de producción en un mes (noviembre) se suma a la impresión de que la inflación de EE UU no está tan quieta como asume la Fed.

Además de la política monetaria, si el último pacto fiscal de Washington se aprueba en el Congreso, los estímulos fiscales subirán en casi un billón de dólares en los próximos dos años. Hoenig no estará para verlo, pero sus advertencias pueden ganar más respeto en el comité en 2011.

M. Hutchinson

Archivado En

_
_