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Tribuna
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Por qué no ha muerto el PC

Muchos expertos predicen la muerte del PC desde hace un tiempo. Cada vez que se presenta un dispositivo informático o aplicación de software interesante considerada como ajena al estrecho mundo del PC tradicional dispara el conocido -y cansino- obituario del PC, una experiencia como la del día de la Marmota.

Pero desde mi posición en el sector, la marmota Phil no aparece por ningún sitio. Por el contrario, cada innovación se convierte en una señal de buena salud y del deseo permanente del público de disfrutar de las ventajas que el ordenador personal e internet les aportan para mejorar su calidad de vida. En muchos sentidos, solo acabamos de empezar a conocer lo que es una auténtica experiencia informática personal.

Los netbooks, smartphones, tablets, el cloud computing, la virtualización… cada una de estas novedades ha hecho saltar el debate de la muerte del PC. Pero todos son dispositivos informáticos personales y sus nuevas capacidades suponen la ampliación del mercado, el alcance y la potencia de la informática personal.

Los más veteranos del sector no escapan a toda esta especulación. En un artículo el pasado 3 de septiembre en MarketWatch, John Dvorak afirmaba: "El mercado del PC ha pasado a mejor vida". "Cualquier ordenador personal hecho en los últimos cinco años… puede seguir en servicio hasta que literalmente muera… Este sector está hundido en el océano". En términos de longevidad, tiene razón: los ordenadores fabricados en estos últimos cinco años durarán mucho más. Pero este pronóstico sobre el mercado es erróneo al no tener en cuenta dos factores fundamentales.

El primero, que millones de personas en todo el mundo están comprando ahora su primer PC, van a comprarlo o ya tienen un PC o varios y están deseando poder hacer más cosas con él.

El segundo es que estamos en medio de una de las transformaciones más radicales que jamás se hayan conocido en cuanto a la forma en que se utilizan los ordenadores. Los PC se están convirtiendo en centros multimedia que los usuarios manejan con sus manos y su cuerpo, para los que toda potencia de procesamiento siempre se queda corta.

Obviando el hecho de que vivimos la peor situación económica desde la Gran Depresión, el mercado de PC creció en 2009. Este año los fabricantes prevén vender más de 360 millones de PC (un millón al día), según Gartner. IDC predice que el mercado del PC crecerá hasta alcanzar los 630 millones de unidades a finales de 2015, una tasa de crecimiento anual superior al 12%.

Por ejemplo, la creación por parte de AMD de la primera unidad de procesamiento acelerado (APU), que combina el procesamiento de computación con el de gráficos en un mismo chip, supone un punto de inflexión muy prometedor. Hasta ahora, los PC estaban equipados con CPU (unidades de procesamiento central), para las actividades normales de computación, y las GPU (unidades de procesamiento gráfico) para las tareas de presentación en pantalla y vídeo. Con las APU, los fabricantes podrán ofrecer a sus clientes experiencias 3D vívidas y de calidad fotográfica.

En el mundo crece el deseo de acceder a contenidos multimedia creados, editados y mejorados en PC. El vídeo -la lengua franca de la aldea global- supondrá el 90% de todo el tráfico de internet a finales de 2010, según estudios de Cisco. Ahora mismo, cada minuto se suben a YouTube 20 horas de vídeo y cada segundo se suben a Facebook más de 1.000 fotos. Se calcula que los usuarios de PC en todo el mundo pueden tener unos 9.000 millones de archivos de vídeo de alta definición cargados en sus sistemas. Las películas y juegos en 3D pronto serán objetos de consumo masivo, una oportunidad extraordinaria para el sector del PC.

A medida que los contenidos se enriquecen, aparecen nuevas y excitantes interfaces de usuario como las pantallas táctiles o el reconocimiento de gestos. Imaginemos las posibilidades que se abren cuando un ordenador con estas capacidades nos puede ofrecer una potencia comparable a la que hoy tienen los centros de datos de las empresas del Fortune 500. No ha de pasar mucho tiempo antes de que las APU permitan a nuestros profesionales cargar portátiles ultrafinos con la potencia de un supercomputador, algo que va a motivar a desarrolladores y diseñadores de videojuegos a crear aplicaciones y productos para el ocio mucho más atractivos y productivos, controlados mediante nuestro cuerpo que hoy día son inviables o totalmente imposibles.

Dirk Meyer. Consejero delegado de AMD

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