La entrada de biodiésel argentino remata a la industria española
Las importaciones de biodiésel de Argentina copan el 60% del mercado español, condenando a las fábricas españolas a producir al 10% de su capacidad. Industria ha incluido medidas en la nueva orden ministerial para este sector que pretenden proteger la producción europea.
El consumo de biodiésel en España creció un 142% en 2009. Superó por primera vez la barrera del millón de toneladas, gracias a la entrada en vigor de la obligatoriedad de mezcla de este componente con el gasóleo tradicional, según datos de fabricación de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores) que recoge un informe anual de Infinita Renovables. Sin embargo, las importaciones, fundamentalmente desde Argentina, copan el 60% del biodiésel que se consume en España, según este mismo informe. Estas importaciones, que se benefician de un tratamiento fiscal favorable en origen y de la tasa cero en el impuesto español de hidrocarburos, perjudican a la producción española, que no puede competir en costes. La diferencia media asciende a unos 200 euros por tonelada.
Este escenario fuerza a la industria española a mantenerse bajo mínimos si es que son capaces. En el último año, según este informe de Infinita Renovables, han cerrado siete plantas de las 53 que existían el año pasado.
Capacidad productiva
Sin embargo, "aunque el descenso del número de plantas se situó en un 13%, la capacidad productiva española tan solo se redujo un 3%", según aseguran desde Infinita, una de las empresas del sector, que cuenta con Isolux Corsán en su accionariado. "En 2010 la capacidad de producción de las plantas de biodiésel en España supera los 4,2 millones de toneladas al año", afirmaron. Un exceso de capacidad que supera la demanda, que el año pasado superó levemente el millón de toneladas. En el primer trimestre de 2010, se han consumido unas 278.000 toneladas, según el informe.
Las plantas que siguen en funcionamiento producen actualmente "al 10% de su capacidad", afirman. Esta situación lleva prolongándose desde hace varios años. El año pasado, la producción solo cubría el 20% de la capacidad instalada y, en 2008, el 8%. Las importaciones subvencionadas en origen y en destino, primero de EE UU y ahora de Argentina, y el retraso en las medidas que fomenten el consumo han propiciado, en opinión del sector, esta situación de crisis.
Actualmente, es obligatorio un consumo del 5,83% de biocarburantes en el total de hidrocarburos que se utilizan en España. Dentro de este porcentaje, se ha de mezclar un 2,9% de biodiésel mínimo y un 2,9% de bioetanol. A partir de aquí hasta cubrir el objetivo, se puede utilizar el componente que se prefiera.
El Ministerio de Industria ha remitido una orden ministerial a la Comisión Nacional de la Energía en el que se introducen unas medidas que pretenden fomentar la producción europea y luchar en cierta medida contra esta situación. En concreto, se establecerá previsiblemente un sistema de asignación de producción por planta.
Según detalla Manuel Bustos, director de la patronal APPA Biocarburantes, se abrirá un proceso de licitación en el que concurrirán todas las plantas que lo deseen a nivel europeo. El ministerio asignará una capacidad de producción por planta hasta un máximo de cinco millones de toneladas. Esta cantidad supera la demanda para garantizar la competencia.
Estas cantidades asignadas serán las únicas que servirán para cubrir el objetivo del 5,9% de mezcla para 2011, si sale adelante la orden ministerial. El biodiésel que se mezcle y que no provenga de esta licitación no contará para la obligación de mezcla. "La industria española ha estado desprotegida", afirma Bustos.
Favorables a la investigación en los biocarburantes
Una gran mayoría de ciudadanos españoles (el 76%) apoya el fomento de los biocarburantes, realizados con materias primas alimenticias, según el Eurobarómetro de la CE. En el conjunto de los ciudadanos europeos, el respaldo es del 72%, a pesar de las campañas de desprestigio puestas en marcha estos últimos años, afirmaron desde la división de biocarburantes de APPA.Este sondeo confirma que la política española y europea de fomento de los biocarburantes cuenta con el respaldo mayoritario pese a las falacias difundidas en su contra, asegura Roderic Miralles, presidente de APPA Biocarburantes. Este porcentaje de aceptación crece con los biocarburantes de segunda generación, es decir, aquellos que ya no competirían con los alimentos para su fabricación. El 82% de los españoles y el 83% de los europeos aprueban estos componentes.APPA destaca que estos datos coinciden con un informe del Banco Mundial que demuestra la poca influencia que tuvieron los biocombustibles en el alza de los precios de los alimentos entre 2006 y 2008, cuando arreciaron las críticas contra estos combustibles.