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Concha Velasco. Actriz

"Las multinacionales se encargan de organizar todo"

Da las razones de su éxito después de dos años de representaciones, una gira y de colgar el cartel de "no hay billetes" noche tras noche en el teatro La Latina

Concha Velasco está de aniversario y no es por haber cumplido 71 años a principios de este mes. Con su interpretación de Madame Rosa ha llevado al teatro a más de 200.000 espectadores en 400 representaciones de La vida por delante, en un montaje dirigido por José María Pou sobre texto de Romain Gary. Sobre la crisis económica asegura que lo más decepcionante es ver "la desmotivación de los jóvenes".

¿Por qué ha enganchado tanto La vida por delante al público?

Porque nos habla de cosas sobre las que nos gustaría encontrar respuestas. Mi personaje de Madame Rosa las tiene y además las cuenta con un gran sentido del humor. Como se encarga de cuidar niños, ella trata de explicar las cosas de la vida como si contara un cuento. Habla de religión, de política, de razas o de costumbres como si se estuviera hablando con un niño, con lo cual el espectador se convierte en un niño.

"Quizá el cine en este momento no sabe conectar con los espectadores"

¿Cuáles son algunas de esas enseñanzas que Madame Rosa ofrece al público?

Son muchas. Llevo ya dos años haciendo esta obra y cada día me sorprende una frase. Por ejemplo, hoy me fijé en una. Madame Rosa tiene pérdidas de consciencia en las que se traslada a su juventud o a su niñez. Una de las veces se disfraza de prostituta patética y se va a la calle. Entonces, el resto de personajes tiene que sujetarla y Momo le dice esta frase: "Eh, doctor, ¿por qué no aborta usted a Madame Rosa para salvarla de su vida?". Ahí se produce un silencio en el que el espectador se para a pensar. Yo lo escuché ayer como si lo hubiera escuchado por primera vez.

En otra parte de la obra, el niño le pregunta a Madame Rosa por qué hay religiones diferentes y ella le dice: "Porque la gente vive en países diferentes y antiguamente no se podía viajar tanto como ahora. Y como todos tenemos miedo de las mismas cosas, de la vida, de la muerte, de la oscuridad, del silencio, del espacio infinito, inventamos un Dios en cada sitio". Es un texto tan maravilloso que por eso ha calado en el espectador.

La obra habla de conceptos vitales y metafísicos, pero ¿cree que tiene alguna conexión con las preocupaciones actuales, más marcadas por las circunstancias económicas?

El mundo vive no solo una crisis económica, sino una crisis moral, porque las crisis económicas van precedidas de otro tipo de crisis. Yo digo siempre que hay un stock de botas y de misiles que se tiene que gastar. Por eso, se están inventando otra guerra. No hemos parado de tenerlas, pero ahora vamos a por una gorda. Con ellos, me refiero a los poderosos, pero no me refiero a los políticos. Yo nunca he creído que los políticos tuvieran nada que ver. Son las grandes multinacionales las que se encargan de organizarlo todo. Por ejemplo, de crear la pobreza y de no ayudar para que la riqueza se reparta entre los pobres. Esto no les conviene.

¿Qué destacaría de su trabajo con José María Pou?

El rigor y el amor por el teatro que tiene, que es tan grande como el mío. Amamos el teatro por encima de todo, pero no solo el teatro como envoltorio de celofán, sino desde lo más bajo a lo más alto, desde los técnicos a los taquilleros, porque todo eso forma parte de un espectáculo por el que el público se tiene que conmocionar.

El cine y la literatura están en crisis, pero el teatro parece que la está sorteando bastante bien. En su opinión, ¿a qué se debe?

La gente va al teatro porque sabe que es un hecho irrepetible, que no le van a contar ningún cuento, o mejor aún, le van a contar unos cuentos muy hermosos. Pero lo que se produce en el escenario es algo vivo y a la gente le gusta que le emocionen en directo. Quizá el cine en este momento no sabe conectar con los espectadores, pero habrá algún director nuevo que salga. Para hablarte bien de lo nuestro, te diré que la película de Icíar Bollaín También la lluvia me parece una obra de arte.

¿Cómo le ha afectado la crisis en su entorno personal?

A mí me ha afectado mucho, como a todo el mundo. Yo trabajo con una empresa que me paga muy bien, antes incluso de que me corresponda. He hecho televisión y me he sentido siempre muy bien tratada y muy bien pagada, y cumplo con mis obligaciones con Hacienda adecuadamente. Pero ahora tengo muchas personas a mi cargo que no tienen trabajo, y el sentir que todo mi entorno familiar depende de mí me da mucho miedo. Antes tenía la esperanza de que cada uno pudiera realizarse en su trabajo. Ahora me doy cuenta de que no la tengo. Y no lo digo por mis hijos, sino por la chica que trabaja en mi casa, por el portero... Voy viendo que se van cerrando empresas, que se van yendo al paro y que, en definitiva, todos me miran con los ojos diciendo: "Ahí tenemos a Conchita, que nos lo va a solucionar".

Para retirarse quiere música y monólogos

Se dice que le sienta bastante mal que le pregunten cuándo se va retirar de los escenarios. Sí, porque si me lo preguntas en este momento, te digo que ahora mismo. Yo lo que quiero es hacer una función y decir: ¢Señores espectadores, esta ha sido la última vez¢. Estoy cansada. Mi vida es un claustro, voy de mi casa al teatro y del teatro a mi casa. Me parece que es un sacrificio enorme. Tengo un nieto al que hace dos semanas que no veo, y a lo mejor a ti te parece una tontería, pero yo voy a presentar una demanda: los derechos de la abuela, que me los traigan.¿Cuáles son sus próximos proyectos? Seguir con La vida por delante hasta que el público y la empresa decidan que no hay más Madame Rosa. Una de las cosas que yo he aprendido es que cuando se tiene un éxito no se puede dejar. Cuando yo era jovencita, como esto no lo sabía, pero, a medida que fueron pasando los años, trabajé con los grandes de este país y me dijeron que no se puede dejar un éxito, porque no sabes si te va a volver a pasar. Hasta que termine Madame Rosa de llenar el teatro La Latina estaré aquí.¿Después de La vida por delante tiene previsto protagonizar más espectáculos?Quiero hacer una cosa y esto sí que será antes de retirarme. Me gustaría hacer una recopilación de mis musicales. Quiero hacer trozos de Carmen de la Truhana, Mamá quiero ser artista, Hello, Dolly, Yo me bajo en la próxima y ¿usted?... Y de monólogos de obras de mucho éxito que he estrenado. En el teatro he podido elegir, he podido buscar al mejor director, al mejor productor, al mejor escenógrafo, el mejor autor, y eso lo he hecho desde muy joven. Mis personajes siempre han hecho referencia a mujeres. Una mujer lo hace todo por amor. Desde santa Teresa a Eloísa de Abelardo hasta Mariana Pineda. Esto es lo que yo quiero contar, con música y sin música.

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