La sonrisa de Trichet
Los que esperaban con los brazos abiertos un plan gigantesco de compra de deuda pública por el BCE para ayudar a los países en dificultades no conocían las habilidades del presidente del BCE. Ayer, Jean-Claude Trichet, mientras moderaba su propia rueda de prensa en Fránfort y lanzaba sus típicas miradas por encima de las gafas, practicó un juego psicológico tan inusual como práctico para poner en su sitio a los especuladores bajistas que operan a corto.
Tras anunciar que da marcha atrás en la estrategia de salida de las medidas extraordinarias, y asegurar que los bancos comerciales tendrán barra libre por lo menos hasta mediados de 2011, y otras medidas para asegurar la liquidez, no quiso pronunciarse sobre un nuevo programa de compra de deuda pública. Pero, al mismo tiempo que dejaba claro que el BCE va a mantener el programa que inició en mayo, explicó con media sonrisa que "nuestra estrategia de dar liquidez está ahí" y pasó a la siguiente pregunta.
Bastaba con eso. Aunque los índices bursátiles seguían aún la cuesta abajo iniciada cuando minutos antes no anunció el esperado y heterodoxo plan de salvación, Trichet estaba aplicando un juego psicológico que los mercados empezaban comprender. Un alud de compras de deuda soberana de Irlanda y Portugal se estaba llevando a cabo en el mercado secundario a la vez que Trichet esbozaba su sonrisa ante los periodistas. ¿El autor d elas compras? ¿Alguien lo duda? Sólo un ingenuo esperará la confirmación oficial.
El caso es que los diferenciales de deuda soberana de los países periféricos, incluido España, experimentaron de repente una extraordinaria mejora, el euro se recuperó y las Bolsas giraron al alza con fuerza. ¿Alguien quiere más?
Hay que reconocer que si no convenció del todo (al menos a los que no le entendieron) el francés al menos estuvo fino. Por si a alguien le parece poco, también lanzó una afinada advertencia para quien la quiera oír: "Todos sabemos que hay quien invierte a largo plazo y otros que apuestan a corto (a la contra, como actúan los especuladores), pero yo les diría que en sus análisis tengan en cuenta todo, también el compromiso por la estabilidad del euro de los países y de sus Gobiernos". No es difícil de comprender. Por si había dudas, remachó: "Que no subestimen su determinación para asegurar la estabilidad del euro". Y que oiga quien quiera oír. También los que desde los Gobiernos se empeñan en que el banco emisor haga aquello que les beneficia a ellos, sin considerar a los demás socios. Esto de Europa es un club. A ver si el tesorero es capaz de aplicar lo que ayer, acertada, fina e indirectamente, vino a explicar.