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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Zapatero reacciona con contundencia

El presidente del Gobierno aprovechó ayer lo que se preveía como una sesión más de control al Gobierno para desvelar un nuevo paquete de medidas económicas. El presidente del PP, Mariano Rajoy, le preguntaba una vez más qué pensaba hacer para ayudar a autónomos y pymes a sortear la crisis y José Luis Rodríguez Zapatero, sin introducción alguna, le espetó una retahíla de acciones que aprobará mañana en el Consejo de Ministros para rebajar la factura fiscal de las pymes.

Pero no se quedó ahí. Habrá otras disposiciones con efecto a muy corto plazo destinadas a liberalizar la economía: eliminación de la cuota obligatoria de las empresas a las Cámaras de Comercio; reducción de la burocracia para que una empresa se pueda crear en 24 horas; regulación de las agencias privadas de colocación (aprobado en la Reforma Laboral, pero sin efecto) o la gestión privada en régimen de concesión de los grandes aeropuertos, en concreto Barajas y El Prat. Y, para calmar a los mercados y a los socios comunitarios, tan preocupados por el déficit fiscal español, el Ejecutivo venderá el 49% de AENA y el 30% de Loterías y Apuestas del Estado -con lo que aspira obtener 14.000 millones- y suprimirá desde febrero el subsidio de 426 euros -con un ahorro presupuestario de 1.400 millones-. A la espera del detalle y, sobre todo, de la eficacia con la que se apliquen, todas son decisiones acertadas. Es seguro que la última citada dificultará la recomposición de las deterioradas relaciones entre el Gobierno y los sindicatos, pero también es seguro que ayudará al ajuste del déficit al 6% en 2011, además de incentivar la búsqueda de empleo por los afectados.

Zapatero dio ayer un golpe de efecto que descolocó al líder de la oposición, pero también sorprendió al mundo económico. Se esperaban medidas tras la reunión del sábado en La Moncloa con los representantes de una cuarentena de las grandes empresas, pero ha sorprendido su celeridad. Los mercados, animados también por la expectativa de que el BCE certifique hoy la continuidad de sus ayudas a la recuperación y por los buenos datos de empleo privado en EE UU, se aliaron ayer con Zapatero y, tras dramáticas jornadas anteriores, se recuperaron con fuerza: el Ibex subió un 4,44% y la prima de riesgo bajó hasta 249 puntos básicos.

Con seguridad, esta fuerte reacción se debió sobre todo a lo que hoy se espera de Jean-Claude Trichet: una clara señal de apoyo al euro, incluida la compra de deuda en los mercados secundarios. No obstante, la Bolsa española se comportó con mucho más vigor que el resto de plazas europeas.

El paquete sorpresa de nuevas medidas, como en anteriores ocasiones, es inconexo, mezcla medidas coyunturales y otras destinadas a reducir el déficit fiscal, con algunas de calado estructural. O sea, está lejos del plan de reformas que precisa la economía y que sigue por llegar. Pero tiene la virtud de que no se limita a promesas ni abre periodos de negociación, sino que se centra en la inmediatez. Además, incluye mejoras largamente demandadas por el mundo empresarial para generar un marco más favorable. Se adivinan así demandas de las grandes empresas al presidente, como la supresión de la obligatoriedad de cotizar a las Cámaras de Comercio, una polémica que inició la CEOE en los noventa y que aportará un ahorro de 250 millones a las empresas. Estas instituciones deberán esmerarse en mejorar los servicios que ofrecen si quieren sobrevivir.

La reforma de más calado de las anunciadas ayer es la apertura a la gestión privada de los grandes aeropuertos. Así es en países del entorno, donde las concesionarias españolas han demostrado con creces su saber hacer. Por otra parte, era ya preocupante el retraso en la aprobación definitiva de las agencias privadas de colocación que deberán jugar un papel vital en la recuperación del empleo. La decisión de incluirlo en el paquete cierra las puertas a más demoras inexplicables. El desarrollo de la reforma laboral, la reforma energética, o la de las pensiones son solamente tres de estas asignaturas pendientes de calado que tiene pendientes el Ejecutivo. Que el presidente Zapatero haya excusado su presencia en la Cumbre Iberoamericana para estar en el Consejo de Ministros del viernes abre la esperanza a que el plan de reformas se complete.

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