El peligro de los objetos a la deriva en una regata transoceánica
En una regata como la Barcelona World Race pueden producirse toda clase de contratiempos y hay que estar preparado para reaccionar en consecuencia. Una de las peores averías que pueden encontrarse los regatistas es que fallen los generadores o el motor. Sin energía, los instrumentos no funcionan y el piloto automático pierde eficiencia.
Otras situaciones graves aparecen cuando se avería el mecanismo que hace pivotar la quilla o se obturan los orificios por donde entra y sale el agua de mar de los tanques de lastre. A bordo, a pesar de la solidez del buque, son muchas las cosas que se pueden estropear o simplemente romper con el desgaste.
Los Open 60 pueden chocar contra una serie de objetos flotantes ni identificados entre los que destacan algas, cabos sintéticos y todo tipo de basura que flote entre dos aguas y es imposible de ver desde la superficie. Uno de los lugares con más algas son las Malvinas, un lugar en el que casi todos los barcos se enganchan en algún momento. También son peligrosos los contenedores de barcos naufragados o que hayan caído de un carguero o los restos solidificados de algún derrame de hidrocarburos.
Estos choques son uno de los principales pesadillas de quien navega, ya que puede averiar los timones, las orzas, la quilla o terminar perforando el buque.