La necesidad de convertir al barco en camarada en una vuelta al mundo
Cada travesía de prueba previa a una regata como la Barcelona World Race sirve para conocer la reacción del deportista y su barco cuando navegan en distintas situaciones. La idea es convertir al velero en un compañero y consolidar los vínculos con él.
Hay barcos nuevos, mientras otros ya han hecho regatas y se han modificado a fondo para hacerlos más competitivos. En cualquier caso, resulta fundamental ver cómo reacciona en diferentes condiciones y comprobar que está listo para una vuelta al mundo.
Detrás de esta preparación hay todo un equipo que ayuda a la tripulación en las tareas necesarias, en particular las relacionadas con las nuevas tecnologías. Con ellas el aislamiento de los tripulantes ya no es el que era, pero también se ha perdido tranquilidad. A menudo, los navegantes se quejan del trabajo que les da atender a las distintas comunicaciones.
Las condiciones de vida son muy duras en una vuelta al mundo y hay una rutina básica: comer, dormir, beber y descansar correctamente son claves para no desfallecer.