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No hay modificaciones fiscales en sus cuentas de 2011

París se desmarca de la política española de subir los impuestos

El ministro francés del Presupuesto y portavoz del Gobierno, François Baroin, subrayó hoy que no habrá subida de impuestos en Francia para reducir el déficit, a diferencia de lo que se está haciendo en España, y que su apuesta es reducir el gasto.

"No hay nada en el plan francés que se parezca a lo que ocurre en España", señaló Baroin para ilustrar la política del Ejecutivo conservador francés de no incrementar la fiscalidad, en una entrevista televisada por el canal iTélé.

Previamente, había precisado que en el presupuesto de 2011 no se ha tocado ni el impuesto sobre la renta, ni el impuesto de sociedades, ni el IVA, y que los cambios en la fiscalidad para el año próximo se limitan a la supresión de exenciones fiscales.

"No decimos que bajamos los impuestos, decimos que no los aumentamos", añadió, al tiempo que recordó que es un compromiso de la campaña del presidente francés, Nicolas Sarkozy, en 2007 cuando fue elegido, y que "tiene razón" en mantenerlo.

La prueba, a su juicio, es que gracias a haberse resistido a incrementar la fiscalidad "la crisis en Francia ha sido menos fuerte y hemos salido antes".

Baroin también explicó que Francia es el tercer país de la Unión Europea por el nivel de su fiscalidad, y aquél en el que el gasto público representa un mayor porcentaje de su Producto Interior Bruto (PIB) por eso "la opción (para controlar el déficit) ha sido actuar sobre el gasto".

El titular del Presupuesto insistió en que "nuestros objetivos de reducción del déficit son intocables" y pasan por limitarlo al 6% del PIB en 2011, al 4,6% en 2012 y al 3% en 2013. Posteriormente, añadió, "tenemos que ir hacia un objetivo de equilibrio presupuestario" para "recuperar la soberanía financiera".

Baroin confirmó que, como esta semana anunció Sarkozy, el Gobierno va a abrir un debate sobre la reforma de dos dispositivos fiscales sensibles políticamente, el Impuesto de Solidaridad sobre la Fortuna, y el "escudo fiscal", que limita al 50% de los ingresos lo que un contribuyente ha de pagar en un año.

Pero puntualizó que "en el estado actual de nuestras finanzas públicas, no podemos pagarnos el lujo de una reforma que cueste dinero al Estado. De forma que la reforma tiene que ser neutra" en términos de recaudación.

Comentó que la idea es acabar con la idea de un tipo impositivo basado sobre el patrimonio de un contribuyente, para que el cálculo se haga a partir de "los ingresos del capital", pero no quiso dar detalles porque espera que se formalicen durante el debate.

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