Ocaña asegura que España va a cumplir este año con el objetivo de déficit
Avanza que Estado central y comunidades reducirán el agujero fiscal a lo previsto.
Cumpliremos con lo prometido en Bruselas. Es lo verdaderamente importante". Con estas palabras resumió ayer el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Carlos Ocaña, la evolución de las finanzas públicas españolas en el Foro CincoDías, patrocinado por Accenture y Banco Sabadell. Ante representantes empresariales y de las tres Administraciones, Ocaña destacó que este año el Estado central cerrará con un recorte del déficit fiscal "en línea con lo previsto". Incluso aventuró que los ingresos van "ligeramente por encima" de lo estimado en los Presupuestos. El crecimiento de los ingresos tributarios va a una velocidad de crucero del 13%, gracias al buen comportamiento del IVA.
En cuanto a los gastos, Ocaña no espera sorpresas en el mes y medio que resta para terminar el ejercicio, habida cuenta de que hay orden estricta de no aprobar ningún gasto adicional a lo comprometido con Bruselas hace cuatro meses. Ello está permitiendo que el déficit a 30 de septiembre sea inferior en 26.000 millones al que se llevaba registrado hace justo un año. En el caso de las comunidades autónomas, Ocaña avanzó que también cumplirán este ejercicio en su conjunto. El Gobierno se comprometió en mayo a reducir el déficit fiscal este año para el conjunto de las Administraciones (Estado central, comunidades y municipios) desde el 11,1% en que acabó 2009 al 9,3% del PIB.
El cumplimiento del objetivo de déficit de 2010 "servirá para dar más confianza" a los mercados sobre la economía española. "En estos momentos, la credibilidad es el aspecto más importante a cuidar", dijo. De hecho, el secretario de Estado de Presupuestos se esforzó en diferenciar la situación actual, en la que gran parte de analistas descuentan una intervención de la UE sobre Irlanda y Portugal, de la que se vivió en mayo con Grecia. "En mayo, la deuda española se vio envuelta en la incertidumbre derivada de la crisis griega, ahora los mercados han desligado a España de Irlanda y Portugal. Ello es debido a que hemos hecho los deberes. Además, contamos con fundamentos económicos mejores", dijo. Entre estos fundamentos, Ocaña destacó una economía más diversificada, con presencia de un importante tejido empresarial multinacional y la ausencia de problemas importantes en el sector financiero. "En el caso de Irlanda, el problema es la necesidad de acudir al rescate de un banco con una gran dimensión, capaz de desestabilizar la economía del país. En España esto no ha ocurrido; es más, la Administración está ganando dinero con las comisiones fijadas a las entidades financieras que han decidido pedir apoyo al Gobierno para su recapitalización", recalcó. De cara al próximo año y para mantener la confianza en los mercados, Ocaña destacó la necesidad de "seguir con el calendario previsto de reformas económicas", sin salirse ni una línea del guión.
"Los mercados han desligado a España de Irlanda y Portugal, a diferencia de la crisis griega de mayo"
Políticas activas de empleo
En el caso del mercado de trabajo "éstas pasan por la reforma del sistema de negociación colectiva, el desarrollo reglamentario de la reforma laboral y la revisión de las políticas activas de empleo". Todo ello "debería completarse" con una mayor liberalización de los servicios y un marco más concreto para el sector energético. Si se cumple el calendario, Ocaña aventuró una reducción de la prima de riesgo (diferencial entre lo que se paga por la deuda española y la alemana) por debajo de los 200 puntos básicos actuales.
Ocaña reconoció que el duro ajuste en el gasto previsto para 2011, en especial de la inversión, repercutirá en las empresas ligadas a la obra pública. Sin embargo, indicó que la retirada de los estímulos fiscales tiene prioridad porque "lo más importante ahora es ofrecer confianza". En esta línea, insistió en que la prórroga de los 426 euros a los parados que han agotado su prestación está supeditada al margen presupuestario. La meta final está en 2013, año en el que España debería haber recortado el déficit fiscal a sólo el 3% del PIB.