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Columna
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La comodidad sin garantías de Rolls

Más que una exhalación era un suspiro de alivio. Los inversores decidieron que había suficiente seguridad en Rolls-Royce para dejar de contener la respiración. Las acciones de la compañía británica subieron un 4%, tras indicar que el impacto financiero y de ingeniería por la explosión de su motor Trent 900 fue significativo, pero controlable. La compañía dijo que el fallo en el motor del superjumbo Airbus Qantas se debió a un problema específico con un componente específico que dio lugar a una fuga de aceite y provocó una explosión. Los exámenes de todos los motores Trent 900 están en marcha y las piezas serán reemplazadas cuando sea necesario.

Mientras, las autoridades de seguridad aérea mostraron su disposición a permitir que los aviones sigan volando, gracias a la certeza de que Rolls tiene un firme control sobre el desafío en la ingeniería. El coste financiero parece que se limita en unos 75 millones de libras. En julio, el grupo informó de que los beneficios subyacentes antes de impuestos para 2010 se elevarían entre un 4% y un 5%, hasta cerca de 960 millones. Pero a mitad de noviembre dijo que el crecimiento sería menor.

Suponiendo que los beneficios aumentaran un 2%, la ganancia subyacente antes de impuestos sería de unos 25 millones de libras menos que antes. Pero la compañía está mejorando más de lo esperado en el sector marino y aeroespacial no civil. Los analistas estiman que el coste de este problema estará en el entorno de los 50 millones este año. Aunque los gastos de compensación, de unos 25 millones, pueden rezagar 2011.

El incidente ha recordado a los inversores los riesgos de la empresa. Su valor en el mercado es de un 6% menos que antes del problema. Las acciones luchan ahora por recuperar su valor anterior.

Robert Cole

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