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Tras más de una década de cooperación

Navantia y la francesa DCNS rompen su asociación

Navantia y el grupo francés de astilleros DCNS han roto definitivamente más de una década de cooperación en el campo de los submarinos militares. Y, finalmente, lo han hecho de manera más o menos pacífica.

En un escueto comunicado, las empresas informaron el viernes que, de ahora en adelante, DCNS fabricará y comercializará en exclusiva los submarinos Scorpène y que Navantia hará lo propio con los S-80. "Ninguna de las dos partes hará comentarios adicionales", añadieron.

De esta forma, las compañías ponen fin al litigio que les enfrentaba desde hace dos años en el Tribunal de Arbitraje de París, cuando DCNS denunció a los astilleros españoles por plagio en el desarrollo de los S-80.

Las empresas se asociaron en los años 90 para tratar de ganar cuota en el mercado de los submarinos convencionales. Así, lanzaron de manera conjunta el Scorpène, un sumergible que comercializaron entre las dos a Chile (dos unidades), Malasia (dos unidades) e India (seis unidades). Francia tenía mayor peso en la fabricación de la nave (un 30% más), pero la propiedad intelectual del submarino era compartida.

Los problemas surgieron cuando España decidió desarrollar un submarino propio, el S-80, sin contar con la participación de su socio francés y optando por buscar colaboración tecnológica de EE UU (se eligió el sistema de combate de Lockheed Martin). Además, Navantia comenzó a acudir a concursos internacionales con su submarino competencia con el Scorpène. Un desencuentro que ha llevado a la ruptura final.

Sin impacto

Desde Navantia se dio a entender el viernes que la ruptura del acuerdo con la gala DCNS no tendrá impacto directo sobre la factoría de Cartagena. La principal carga de trabajo de la planta son los S-80 para la Armada española, que se entregarán entre 2013 y 2016.

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