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Se han hecho muy populares

Los invisibles fabricantes detrás de las pulseras de colores

Hechas en China, las distribuyen firmas opacas que no permiten el contacto con los consumidores.

Los invisibles fabricantes detrás de las pulseras de colores
Los invisibles fabricantes detrás de las pulseras de colores

Hasta hace unos meses eran un artículo muy popular entre los magos que permitía ilusionar al espectador y convertir una simple goma de plástico -de ésas que permiten atar cualquier producto que venga a la mente- en una estrella o un corazón. Pero estas gomitas han dado el salto mucho más allá del territorio de la magia.

En los últimos meses se han popularizado sobre todo entre los más pequeños. No en vano, son llamativas, coloridas, pueden representar cualquier tipo de forma imaginable y, principalmente, son baratas, ya que su precio no suele superar los dos o tres euros por cada 20 unidades. Sin embargo, descubrir cuáles son las empresas que están detrás de su producción y distribución no es una tarea fácil.

Las pulseras llegan al mercado bajo múltiples denominaciones. Todas ellas muy similares. Por ejemplo: Tuto Bandz, Magic Bandz o Funny Bands. Fabricadas en China, según consta en la mayoría de los envases, las sedes de las empresas encargadas de su distribución están dispersas en varios continentes.

En el caso de Funny Bands, la sociedad que las distribuye en Europa es la alemana Out of the Blue, que opera bajo el acrónimo OOTB. Sin embargo, contactar con ella es prácticamente imposible. Su página web está en construcción y tan sólo indica que se trata de la misma sociedad que se dedica a la distribución de baterías y pilas bajo la marca Reflexx.

El hecho de que su página web no esté operativa no sólo hace prácticamente imposible comunicarse con la empresa, sino que imposibilita cualquier eventual queja o reclamación por parte de los consumidores. Lo mismo sucede con Tuto Bandz, que en su página web invita a diseñar nuevos modelos de pulseras, incluso a solicitar información. Unas solicitudes que, en ningún caso, reciben respuesta.

Esta opacidad pone en entredicho la identidad de estas sociedades y si éstas pueden llegar a enmascarar distribuidores asiáticos, incluidas las empresas chinas que fabrican estas pulseras de silicona. Una circunstancia que, por el momento, las asociaciones de consumidores no consideran relevante.

Otras marcas, como la peruana Magic Bandz o la mexicana Pulseras Locas, operan sólo dentro del mercado americano y sus productos se destinan fundamentalmente a Estados Unidos. Uno de los responsables de Pulseras Locas, Gilberto Rodríguez, asegura que el origen de este producto hay que buscarlo en Japón, ya que fueron ideadas en 2006 por Yumiko Ohashi y Masanori Haneda, dos de los diseñadores industriales nipones de más renombre.

Desde allí dieron el salto al resto del mundo de la mano de personajes populares como Shakira o el cantante estadounidense Justin Bieber. Sin embargo, la compañía mexicana asume que no esperaban tener el éxito logrado. Una repercusión que les ha llevado a crear todo tipo de pulseras con modelos basados, por ejemplo, en Bob Esponja o Toy Story. Además, aseguran que en el caso del mercado estadounidense los precios son ligeramente superiores y que suelen oscilar entre los 2 y los 8 dólares (entre 1,4 y 5,6 euros).

¿Y cómo llegan este tipo de productos al gran público? Una de las principales vías de comercialización de estas pulseras de colores son las tiendas del grupo Vips. La compañía asegura que tiene "cazadores de tendencias" encargados de identificar productos que puedan convertirse en un éxito de ventas.

Este grupo de empleados/cazadores está compuesto por personas con "mucha intuición y olfato, una buena dosis de riesgo, rapidez y agilidad en la toma de decisiones", aseguran desde la cadena de distribución.

"Este singular equipo dispone del apoyo del grupo Vips, que les aporta importantes recursos, al mismo tiempo que les facilita mucha independencia y autonomía en todo el proceso de selección, compra y posterior venta del producto al gran público", explican. El último paso, pero decisivo para que este tipo de artículos lleguen a su público objetivo -fundamentalmente niños y adolescentes-, es lograr la ubicación en las tiendas que facilite su compra por impulso. Es decir, se colocan estratégicamente dentro de los establecimientos, ya sea cerca de cajas de pago o a las puertas de los locales, a unos precios lo suficientemente bajos como para no desechar su compra en el último momento.

A la sombra de los falsos brazaletes milagrosos

Hace más de medio año se convirtieron en uno de los productos con más repercusión. Prometían los más diversos beneficios: desde curar cualquier tipo de dolor hasta mejorar el equilibrio y la coordinación. Pero los fabricantes de las pulseras balance no tenían que demostrar si sus productos eran capaces de cumplir sus promesas.Un posible fraude que llevó a asociaciones de consumidores como Facua a reclamar la intervención de las autoridades de consumo. Hace una semana, Facua volvió a solicitar, esta vez a la nueva ministra de Sanidad, Leire Pajín, que retire del mercado este tipo de artículos y sancione a las empresas por los beneficios obtenidos. "Es necesario actuar de forma contundente contra estas empresas y también contra los personajes famosos que, pagados por ellas, han sido la clave del éxito de este negocio", asegura la organización.Las empresas en duda son Power Balance España (cuyo domicilio social está en Marbella, Málaga), Ion Balance (Alcudia, Mallorca), Equilibrium (Alicante) y EFX Performance (Leoia, Vizcaya). Facua ya denunció en abril y mayo a estas sociedades ante la Dirección General de Salud Pública, dependiente del Ministerio de Sanidad, y ante las Administraciones autonómicas, donde tienen sus sedes sociales los fabricantes. Sanidad reconoció que las pulseras vulneran la legislación, pero, por ahora, siguen operando.

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