Parados con 845 euros, parados con 490 euros, parados sin euros
Cuando los bancos advierten que 2011 será peor que 2010 se refieren exclusivamente a sus cuentas de resultados, dañadas por un estrechamiento obligado de los márgenes de intereses, además de por la atonía de la demanda de crédito solvente nuevo, así como por la posibilidad de engordar la cartera de morosos, sean a base de particulares o de empresas. Los analistas macroeconómicos consideran que 2011 puede ser peor que 2010 simplemente porque no ven argumentos para una recuperación de la actividad, porque la renta disponible sigue en franca contracción, y sin ella no hay posibilidad cierta alguna de que el consumo (casi el 60% del PIB) se recupere.
Pero la cuenta más simple para concluir que 2011 puede ser peor que 2010 es que la destrucción de empleo no ha concluido, a juzgar por el comportamiento de las tasas interanuales de ocupación reveladas por la EPA o por el registro de cotizantes de la Seguridad Social, y que, por tanto, el paro puede llegar a los cinco millones de personas, o acercarse mucho, y con tal cifra la situación es mucho más pesimista que con sólo 4,5 millones. Además, las disponibilidades de renta pública de los desempleados descenderán notablemente en 2011, a juzgar por la evolución esperada en la composición del sistema de protección por desempleo, lo que dejará a colectivos crecientes de desempleados con rentas muy bajas o sin renta.
En septiembre, según los datos adelantados por el Ministerio de Trabajo esta semana, ya hay más desempleados con prestaciones asistenciales de paro que con prestaciones contributivas, como consecuencia de la salida acelerada de los perceptores que llegaron al desempleo con el otoño de 2008 con largas carreras de cotización, pero que cumplen ya los 24 meses de prestación máxima garantizada. En septiembre el 50,03% de los perceptores de prestaciones recibían ya subsidios, incluida la renta activa de inserción, mientras que sólo el 49.97% de los perceptores recibía prestaciones contributivas, ligadas directamente al derecho subjetivo que genera la cotización. 1,366 millones de parados percibe un subsidio medio de 490 euros al mes, mientras que 1,365 millones de parados recibe cada mes 845 euros de prestación contributiva.
El trasvase continuo de trabajadores hacia el subsidio supone una pérdida de renta muy notable para el colectivo de desempleados. De hecho, en septiembre el número de personas que cobraba una prestación de 845 euros ha descendido un 12% respecto a las que lo hacían en septiembre de 2009. Sin embargo, se incrementa en el mismo periodo el número de personas que perciben una media de 490 euros en un 49%. En el subsidio se alojan los perceptores que no han llegado a un año de cotización, así como los perceptores que agotan la prestación contributiva y tienen cargas familiares, o que carecen de una renta alternativa, y disponen durante seis meses de un subsidio adicional de 426 euros.
Pero hay un tercer colectivo en situación más precaria. Otro millón y medio de desempleados, según la Encuesta de Población Activa, o un millón según el registro del Ministerio de Trabajo, que no dispone de ningún tipo de renta pública. Son los parados con cero euros de renta, bien porque no han cotizado lo suficiente, bien porque no han trabajado nunca o bien porque han agotado ya prestación contributiva y subsidio. Esto supone que el 20% de los activos en España viven con una renta que oscila entre cero y 845 euros al mes, con una media de 570 euros, pero donde un tercio recibe 845 euros, otro tercio recibe 490 euros y un tercer tercio, el más numeroso, que no recibe nada.
Si la suerte del empleo no cambia pronto, lo lógico es un deterioro adicional de esta situación, con el consiguiente riesgo de conflicto social. La economía podría recuperar el crecimiento; pero todo parece indicar que será muy limitado, y en absoluto suficiente como para crear nuevos ocupados.