Brasil, yacimiento para las empresas
Los temores desatados cuando el antiguo sindicalista Luiz Inácio Lula da Silva accedió al poder en Brasil no sólo resultaron infundados, sino también perjudiciales para muchos estrategas empresariales que no supieron ver las posibilidades que se abrían en el gigante latinoamericano. Hoy, Brasil tiene un peso en el escenario global impensable cuando hace ocho años Lula asumió la presidencia que ahora deja. En esta evolución ha sido determinante el enorme prestigio que se ha labrado el político brasileño, catalogado por los medios más serios como el líder más influyente del mundo, pero también el enorme potencial de una economía destinada a estar entre las grandes del mundo.
Las empresas españolas, muchas de las cuales ya habían pujado fuerte antes de Lula, supieron renovar su apuesta por Brasil, al han colaborado a modernizar y en el que tienen un importante yacimiento para crecer. En las cotizadas, cada paso dado allí recibe el reconocimiento con alzas en Bolsa, en todas, hay un sentimiento generalizado de que merece la pena invertir allí. Tras EE UU, España es el segundo inversor en Brasil y los nuevos proyectos refuerzan esta posición. Sólo falta que las exportaciones cojan también ese ritmo, porque los planes inversores para el Mundial de fútbol (2014) y las Olimpiadas (2016) marcan nuevos hitos de negocio.