Las cajas de ahorros revitalizan el sector
La fusión de estas entidades lidera una nueva ola de externalizaciones.
La fusión de las cajas de ahorros españolas augura recortes de gastos por la externalización de sus servicios. El dicho de que uno más uno no suman dos es especialmente cierto cuando se trata de fusionar compañías. Multitud de servicios tienen que salir fuera si se quiere evitar la duplicidad y ganar competitividad. Por ello, desde las consultoras se estima que este sector liderará el repunte de la externalización, un mercado que en 2009, debido a la crisis, vio sus beneficios congelados.
"Las cajas tienen recorrido en el outsourcing, su proceso actual es un nuevo empuje", explica Pablo Montoliú, socio de tecnología y negocio de KPMG. Claro que esta nueva ola no es homogénea. Algunas de estas entidades están recién llegadas a la externalización de servicios, "así que se trata de una nueva oportunidad de incrementar sus ganancias", añade Montoliú.
De este nuevo empuje también participan la banca y las multinacionales de telecomunicaciones. Ambos sectores recurren a la externalización desde que la globalización dispersa las compañías en varias áreas geográficas. Estas empresas están obligadas de facto a diversificar su negocio. Ahora, la crisis económica ha acentuado ese proceso. "Durante los últimos 20 años, las ganancias empresariales fueron de doble dígito, pero la crisis añade presión para optimizar los beneficios en tecnología", reconoce Montoliú. Esto empuja a externalizar aquellos servicios que no ocupan el núcleo de negocio y que las compañías sacan fuera de su estructura para concentrarse en aquello que aporta valor añadido y competitividad.
Tanto la banca como las telecomunicaciones atraviesan su segunda ola de externalizaciones. Ya no se trata sólo de racionalizar servicios, sino de reducir proveedores. Donde hasta ahora se recurría a cinco o seis operadores, hoy se recorta a dos o a uno. Así se pasa de reducir costes a incrementar los beneficios. Ese proceso se traduce, en el sector de las telecomunicaciones, en la optimización de las aplicaciones tecnológicas.
Los bancos, por su parte, están externalizando parte del negocio de las tarjetas bancarias y funciones que tradicionalmente corren a cuenta de los departamentos de recursos humanos, como la gestión de las nóminas. Las constructoras también están tirando del sector del outsourcing, aunque son las recién llegadas. Su primer paso para reducir costes es mermar la infraestructura tecnológica.
¿Cuánto se ahorra una empresa cuando saca de su estructura todo menos lo esencial, que es su negocio? Silencio.
Las compañías son reacias a comunicar este tipo de datos, que consideran estratégicos. El ahorro no siempre es sólo económico y "depende, además, de su nivel de gestión y de racionalización", explica Montoliú. Eso sí, no se obtienen beneficios hasta un mínimo de seis meses. Es, asimismo, un proceso que nunca se realiza bajo presión ni a corto plazo. "Son movimientos que pueden durar hasta dos años, muy pensados y estructurados", asegura un gran conocedor del sector que prefiere mantener el anonimato.
El círculo de los sectores que más se están beneficiando de la externalización de servicios se cierra con la Administración Pública. La crisis está estrangulando a muchos ayuntamientos, que optan por trasladar la gestión tecnológica y de los sistemas de información a proveedores externos. En definitiva, se trata de realizar determinadas funciones mejor y más baratas para ahorrar costes y adelgazar los presupuestos de las Administraciones y de las empresas públicas.
A largo plazo
La decisión de externalizar la gestión de las nóminas o algunas plataformas tecnológicas no se hace de un día para otro. Las empresas se toman hasta dos años para completar un proceso que pretende hacer lo mismo, o mejor, pero más barato.