Unicredit, la tragedia italiana
La reforma del consejo de Unicredit se ha cobrado otra víctima. Tras la destitución el mes pasado del consejero delegado, Alessandro Profumo, el viceconsejero de la banca de inversión, Sergio Ermotti, ha presentado su dimisión. Después de años intentando escapar de la intromisión italiana -Ermotti es suizo y Rampl, alemán-, Unicredit puede ser arrastrado otra vez por el caos político.
El disparo que provocó el último derramamiento de sangre fue la decisión de la entidad de nombrar a Roberto Nicastro jefe de la banca minorista, único director general, y encargado de informar al nuevo consejero delegado Federico Ghizzoni. Unicredit insiste en que la elección fue sólo de Ghizzoni. Pero Nicastro es cercano a la base accionarial que está muy bien representada en el consejo. Parece que Rampl impulsó el nombramiento de Ermotti como segundo director general junto a Nicastro. También se cree que el alemán será el próximo en irse. La disputa del consejo es en realidad sobre el futuro del banco.
La salida de Ermotti no es un buen augurio para el futuro de la banca de inversión, que obtuvo un 50% de beneficios antes de impuestos en el primer semestre, más que todos los otros negocios del banco. Encontrar un sustituto de primer nivel como Ermotti no será fácil. Parte de los problemas del banco comenzaron antes de la partida de Profumo. Las ganancias fueron sólo del 2,7% en el primer semestre y el capital Tier 1, del 8,4%. Pero hay pocas esperanzas de que se recupere si se convierte en un banco enfocado al negocio minorista y comercial.
Peter Thal Larsen