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Columna
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Arnold y la marihuana

Los ingresos por hierba en California pueden quedarse en humo. Los votantes del endeudado Estado decidirán la próxima semana si legalizan la posesión de pequeñas cantidades de marihuana, permitiendo a los ciudadanos el cultivo y a las autoridades controlar la venta.

Las autoridades estatales calculan unos 1.400 millones de dólares en ventas e impuestos. Stoner y los tenedores de bonos alimentaron esta idea. Pero las encuestas apuntan a que no se aprobará, pues los electores parecen no admitir que apoyan la deslegalización.

El Departamento de Justicia ha dejado claro su intención de hacer cumplir la ley federal y puede prohibir la venta de marihuana y enviar agentes a detener a los recaudadores de impuestos de California. O acudir a los tribunales contra los ayuntamientos que emitan licencias de venta. Pero no hay suficiente policía federal y sería muy difícil atajarlo sin el apoyo de agentes locales.

El referéndum no aclarará realmente las cosas. El gobernador del Estado, Arnold Schwarzenegger, ya aprobó el proyecto de ley a principios de año, igualando la sanción por posesión a la de una multa de tráfico.

Básicamente, la consulta electoral es una chapuza y es una pena después de aunar los intereses del octogenario inversor George Soros con los porreros adolescentes. Pero legalizar la marihuana y gravarla fiscalmente podría incrementar los ingresos, evitar la burla de las leyes y reducir el contrabando y los delitos conexos.

Sin embargo, la oposición federal y la redacción desafortunada de la Proposición 19 hace improbable que se cumpla. A lo mejor, se abre un debate político nacional, aunque ni esto parece probable.

Robert Cyran

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