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Columna
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El pulso entre Gas Natural y Sonatrach

Para un distribuidor de gas es una mala noticia pelearse con su mayor proveedor. La disputa de Gas Natural con la empresa estatal argelina Sonatrach parece complicada. Un tribunal de arbitraje internacional ha ordenado al gigante energético español a pagar a Sonatrach 2.000 millones de dólares por facturas atrasadas y tolerar el precio más alto de gas en el futuro. Las posibilidades de una apelación exitosa de Gas Natural parecen escasas y España está presionando ahora a Argelia.

El conflicto comenzó cuando Sonatrach pidió un aumento de cerca del 30% en el precio de gas que cobraba a los españoles en 2007. En esa época, el precio del petróleo estaba en alza. Los contratos de suministro a largo plazo a menudo estaban vinculados al precio del crudo y sujetos a revisión. Normalmente, llegan a un acuerdo.

Es difícil saber con precisión quién es el culpable de la ruptura en la relación. Gas Natural intentó llegar a un acuerdo varias veces pero el grupo argelino quiso llevar la pelea a arbitraje, en contra de la voluntad de la española, según una fuente conocedora de las negociaciones. Teniendo en cuenta las disposiciones vigentes, y suponiendo que debe pagar la cantidad total debida, la compañía estima que el fallo del tribunal restará 450 millones de euros del beneficio neto de 2010. En el peor de los casos, el impacto de la subida de los precios en el futuro será la del recorte de 400 millones de euros del Ebitda anual o un 8% de su objetivo de 2012. Existe el riesgo de que los dividendos de Gas Natural pudieran reducirse y afectar a los principales accionistas, Repsol y La Caixa.

El conflicto ha pasado al plano político y las relaciones con Argelia no han sido del todo cálidas. El ministro de Industria, Miguel Sebastián, voló esta semana a Argelia para arreglar el problema. Pero parece que no tiene mucho margen de maniobra. Incluso si España reduce su dependencia de Argelia a través del mercado de gas natural licuado, todavía confía en que ese país suministre un tercio del gas que consume. æpermil;sta tiene un incentivo para ceder terreno. Sonatrach es la mayor accionista de Medgaz, un gasoducto directo de Argelia a España. Los argelinos tienen el permiso de comercializar gas al por menor, mientras que también actúa como mayorista de Gas Natural. El Gobierno español podría encontrar la manera de dificultarle la vida a Sonatrach, reduciendo el límite máximo permitido a un solo proveedor. Es todo lo que España tiene para que los argelinos muestren comprensión.

Por Fiona Maharg-Bravo.

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