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Volatilidad en los mercados

El desempleo de EE UU desinfla a un Ibex listo para coronar los 11.000

Los malos datos de paro y de la balanza comercial de EE UU arrojaron ayer un jarro de agua fría sobre las animadas Bolsas europeas. El Ibex, que llegó a rozar los 11.000 puntos, terminó cediendo un 0,15%. También el billete verde salió castigado, elevando el euro hasta 1,4 dólares en plena guerra de divisas.

La sesión de ayer prometía ser gloriosa para el Ibex 35. Animados por la ruptura de resistencias que los grandes índices han protagonizado en los últimos días, los principales selectivos europeos abrieron la jornada con un fuerte ímpetu alcista. El principal indicativo español llegó a crecer más del 2% a primera hora de la mañana. Un impulso que lo lanzó desde los 10.866 puntos del miércoles hasta los 10.980. Una marca fundamental dado que supone superar la barrera de los 10.950 puntos. Un hito este, aseguran los analistas técnicos, que supondría salir del rango lateral en el que el Ibex lleva meses instalado para dirigirse ya hasta los 11.500 puntos. Sin embargo, la mala nota macroeconómica de EE UU terminó por frustrar el asalto a la cumbre.

En concreto, Wall Street se desayunó con el incremento de 13.000 peticiones de desempleo de la semana pasada, hasta un total de 462.000 frente a las 445.000 estimadas por los analistas. Tras el café, llegaron malas noticias sobre la balanza comercial estadounidense, que en agosto alcanzó un déficit de 46.300 millones de dólares (32.888 millones de euros), un 8,7% más que en el mes de julio. La consecuente apertura bajista de la Bolsa neoyorquina hizo que el Ibex perdiera el 0,5% que iba ganando en cuestión de minutos. El desánimo de los inversores norteamericanos fue tal que el selectivo terminó dándose la vuelta para perder el 0,15%, lo que lo dejó en los 10.849,7 puntos.

En cuanto al resto de índices europeos, la mayoría terminaron corriendo la misma suerte que el Ibex, con la excepción de Fráncfort que subió un 0,32%. Así, Londres terminó la sesión cediendo un 0,35%, y París un 0,24%.

El varapalo al cuadro macroeconómico norteamericana también supuso un nuevo golpe al dólar, dando lugar a otro episodio de la llamada "guerra de divisas".

Paridad del dólar australiano

Esta confrontación supone la carrera de los diferentes Estados por mantener artificialmente baja su divisa con el objetivo de mejorar su situación ante las exportaciones. La depreciación del billete verde perjudica por tanto al euro, que ayer consolidó los 1,4 dólares, una cifra con la que llevaba días coqueteando, y que no alcanzaba desde el pasado enero.

Otra de las divisas que está sufriendo las consecuencias de la batalla monetaria es el dólar australiano, que se pagaba en junio a 0,8 dólares estadounidenses -su mínimo anual- y ayer rozaba ya la paridad. El cambio también sigue agravando la situación de Japón, que pese a sus intervenciones, volvió a marcar un máximo histórico en 15 años en los 81,4 yenes por dólar.

Al final del día, al otro lado del Atlántico, las Bolsas cerraron con pérdidas, aunque fueron muy ligeras. El Dow Jones concluyó plano con un casi inapreciable descenso del 0,01%; el S&P 500 perdió un 0,36%; y el Nasdaq se dejó un 0,24%.

Ganar con el oro, perder en el cambio

El inversor debe tener los ojos en todas partes si no quiere perder por un lado lo que gana por el otro. Sin embargo, el juego de malabares a veces se complica. Muchos europeos probablemente se hayan dejado seducir por el brillo del oro como valor refugio ante las violentas oscilaciones que han protagonizado las Bolsas y las emisiones de deuda pública.La jugada, a priori, está demostrando ser de lo más rentable, con un incremento cercano al 30% del valor del metal precioso en el último año. De hecho, la onza de oro marcaba ayer otro máximo histórico en 1.374 dólares. Pero he aquí la paradoja: en los dólares. La fuerte apreciación que está sufriendo el euro, que ayer consolidaba los 1,4 dólares, puede hacer que quienes hayan invertido en oro usando la moneda comunitaria, terminen perdiendo en el cambio lo que habían ganado. Así ocurre básicamente con las operaciones realizadas desde el 1 de septiembre. De entonces hasta hoy el oro se ha revalorizado más de un 10%, prácticamente lo mismo que se ha depreciado el billete verde en el que recibirían sus ganancias.

La cifra

24% es la subida protagonizada por el dólar australiano desde su mínimo anual, en los 0,8 dólares norteamericanos de junio, hasta rozar ayer la paridad.

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