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Análisis

Los confusos designios de los mercados

La intervención de las autoridades y la alta liquidez distorsionan los dogmas clásicos de inversión.

Tres años después del estallido de la crisis y con la economía mundial aún renqueante, arañar rentabilidades a la hora de invertir es un reto cada vez más complicado. La intervención de las autoridades políticas y monetarias para garantizar la recuperación ha inundado de liquidez el sistema y está provocando distorsiones. Las bajadas de tipos de interés a mínimos históricos y las medidas extraordinarias adoptadas por los bancos centrales han repercutido en la evolución de las diferentes clases de activos, lo que explica que sus cotizaciones actuales generen cierta confusión. Envían señales contradictorias que dificultan la ya de por sí difícil labor de invertir.

El mercado de bonos parece temer una recaída económica que desemboque en otra recesión. Una visión que contrasta con la de la Bolsa, más proclive a creer en una recuperación económica lenta. Todo ello en un contexto en el que las materias primas reflejan la opinión más optimista al confiar en el potencial de los emergentes. Un contexto complejo que ha convertido al oro en el activo refugio por excelencia al cuestionarse la hegemonía del dólar. Y es que la pelea entre países emergentes y desarrollados por devaluar sus divisas para garantizar la competitividad explica el atractivo del metal precioso, uno de los únicos activos que no pierde valor como consecuencia de las intervenciones de las autoridades.

En definitiva, mucha confusión a la hora de invertir, incluso para los grandes gurús del mercado. Warren Buffett, el llamado oráculo de Omaha, insiste últimamente en que la Bolsa está mucho más barata que los bonos. John Paulson, el multimillonario gestor de hedge funds, ha anunciado recientemente que por primera vez en la historia el mercado de bonos se equivoca y la Bolsa acierta con sus previsiones. Lo cierto es que el consenso de grandes estrategas descarta la recaída económica que augura la deuda pero la renta variable parece seguir generando miedo puesto que la mayoría de firmas aún la infrapondera en sus carteras. Los próximos meses se complican a la vista de que la Fed ha prometido más medidas de expansión cuantitativa. Algo bueno para los activos de riesgo si se garantiza la recuperación económica pero también otro elemento que favorecerá a la deuda. Las dificultades no faltan y el tiempo dirá si la confianza acaba trasladando el dinero a la Bolsa.

1. El mercado de bonos apuesta con claridad por otra recesión

No es la primera vez que la Bolsa y la deuda hacen lecturas diferentes de la situación económica pero en el momento actual el enorme pesimismo que refleja la renta fija es una de las descorrelaciones que más sorprenden a los expertos. "La deuda descuenta una vuelta a la recesión de la economía estadounidense y un escenario deflacionista que no se va a producir", comenta Juan José Fernández-Figares, director de análisis de Link Securities.

Las cotizaciones lo dicen todo. La rentabilidad del bund alemán a 10 años ronda el 2,25%, un nivel cercano al mínimo histórico, el tipo del bono español está en el 3,99%, mientras que el bono estadounidense mismo plazo rinde alrededor del 2,385%. Unos niveles que anticipan una fuerte recaída económica, un escenario nada acorde con la recuperación que descuenta la Bolsa o las expectativas que maneja el consenso. Los grandes estrategas descartan una vuelta a la recesión en Estados Unidos y precisamente la opinión dominante apuesta por una recuperación lenta que traiga años de crecimiento económico bajo, compatibles con la generación de beneficios empresariales. ¿Quién tiene razón entonces, la deuda o la Bolsa? "En realidad nadie descuenta una escenario de hundimiento o de vuelta a recesión. La subida de la renta fija es reflejo de una situación donde se ha inyectado mucha liquidez en el sistema y los grandes problemas siguen sin resolverse. Los inversores buscan lo más líquido y eso explica el repunte del mercado de bonos", comenta Juan Ramón Caridad, responsable de Swiss & Global Iberia.

Las intervenciones de los bancos centrales durante la crisis explican en buena medida las distorsiones que se reflejan en los mercados. La compra de activos para parte de la Reserva Federal y el BCE para reactivar la economía se ha centrado fundamentalmente en el mercado de renta fija, actuaciones que han servido de soporte para este tipo de activos. Y precisamente la expectativa de medidas adicionales en esta dirección en EE UU impide que haya correcciones importantes en la renta fija.

La Reserva Federal dejó claro hace unas semanas que hará todo lo necesario para evitar la deflación, una promesa que hace prever una segunda ronda de compra de activos -expansión cuantitativa-, una actuación esperada por los mercados para antes de final de año. "Los bonos soberanos se mantienen en niveles bajos porque cuando la Reserva Federal inyecte dinero en el sistema lo hará probablemente a través de la deuda pública, los activos respaldados por hipotecas (MBS en sus siglas en inglés) o la renta fija privada. Por tanto los inversores saben que el riesgo es limitado en el corto plazo", explica Félix González, socio director de la EAFI Capitalia Familiar.

Quizá entonces quien compra deuda a día de hoy es porque lo hace con una visión a muy corto plazo, ya que son pocos quienes apuestan por la recesión. "No debemos sacar lecturas de las cotizaciones. Probablemente los niveles actuales obedecen más a movimientos de flujos que de expectativas reales", concluye Jordi Padilla, de Popular Gestión Privada.

2. Un euro fuerte pese a la crisis soberana

Al hablar de las señales contradictorias que envía el mercado en el momento actual, uno no puede olvidar mencionar la fortaleza del euro, especialmente si tal y como refleja el mercado de bonos, la crisis de deuda soberana en Europa se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los expertos. La divisa europea cotiza alrededor de 1,39 dólares cuando a mediados de junio llegó a caer a 1,19 dólares. Entonces aún pesaban en el mercado las dudas sobre la supervivencia del euro y se ponía en duda la solvencia de España.

A día de hoy, la situación ha cambiado. El mercado aún teme un rescate a Irlanda, una reestructuración de la deuda en Grecia o problemas adicionales en Portugal pero a medida que confía más en España, también apuesta con mayor claridad por el euro, dado el menor peso relativo de las economías más cuestionadas. Aún así, los expertos consideran los niveles actuales algo exagerados, especialmente si se confirma la recuperación en EE UU. Entretanto, Wall Street agradece el impulso que recibirán las exportaciones, mientras Europa sufre más.

3. El oro releva al dólar como valor refugio

El precio del oro no para de escalar y cada día que pasa su comportamiento se asemeja más al de una divisa. En un momento como el actual en el que la deflación es una de las principales amenazas que se ciernen sobre la economía mundial, el oro, un refugio tradicional para protegerse contra la inflación, bate récords un día tras otro. Un patrón de comportamiento que los expertos achacan a las políticas económicas de los bancos centrales, responsables de la pérdida de valor de las divisas. El oro se ha convertido, así, en el activo que permite preservar el valor del dinero.

"La evolución del oro es una respuesta a la cotización del dólar. Ahora son rivales a la hora de hablar de activos refugio. Cualquier caída del dólar o expectativa de subida de la oferta relativa de dólares beneficia al oro", argumenta Félix González, socio director de la EAFI Capitalia Familiar. "La cotización del oro refleja que el dólar está cuestionado", añade Juan Ramón Caridad, responsable de Swiss & Global para España y Portugal.

El oro lleva más de nueve años consecutivos al alza y en la actualidad cotiza en el entorno de los 1.346,75 dólares por onza. Algunos expertos consideran que los precios actuales son excesivos y hablan de burbuja, mientras que otros comentan que mientras que la Reserva Federal continúe inyectando dinero en el sistema, su potencial alcista sigue intacto puesto que esta táctica resta valor al dólar, principal rival del metal precioso. "La cotización del oro no refleja tanta anomalía porque las divisas no dan estabilidad", añade Caridad. En un momento como el actual en el que tanto los países emergentes como los desarrollados prefieren ver sus monedas devaluadas para ganar competitividad y poder afianzar la recuperación, los inversores prefieren dirigirse al metal precioso, espoleado también por la especulación financiera y las crecientes compras que están realizando los bancos centrales, también cada día más dispuestos a diversificar sus reservas.

4. Materias primas desbocadas

La lectura más optimista que uno puede extraer al repasar la evolución de los diferentes tipos de activos está en la evolución de las materias primas. "Tienen unos niveles demasiado elevados dados los fundamentales. Reflejan la visión más optimista pues parecen apostar por un claro aumento de la demanda en países emergentes como China o India", comenta Juan José Fernández-Figares, director de análisis de Link Securities.

El índice CRY de materias primas ha remontado un 18% desde los mínimos del ejercicio y está ya en niveles de principios de año. Los expertos, con todo, consideran que si la recuperación económica gana tracción seguirán repuntando al alza, algo que también esperan para el precio del petróleo, actualmente en los 84 dólares por barril de Brent. El problema es que para algunos expertos, uno de los principales riesgos es la creación de mundo a dos velocidades, con los emergentes fuertes y los países desarrollados renqueantes. El mercado parece tener fe ciega en la demanda de los emergentes pero algunos advierten del riesgo de un calentamiento excesivo en estas economías antes de que los países desarrollados puedan volver a demandar materias primas.Las señales apuntan a una recesión y también a lo contrario

5 La Bolsa confía en la recuperación

La evolución de las Bolsas de los principales países desarrollados está sustentada en la expectativa de recuperación económica. El creciente aumento de las fusiones y adquisiciones se ha convertido en uno de sus principales catalizadores pues las empresas suelen siempre ser las primeras en detectar oportunidades. Esto permite poner un suelo a las cotizaciones de los mercados al dejar en evidencia el potencial de revalorización desde los niveles actuales.

En este contexto, la creciente confianza de los inversores ha permitido que las Bolsas de EE UU regresen al terreno positivo en el ejercicio. El Dow Jones gana un 5,55% en el año, mientras que en Europa algunos índices como el Dax (5,6%) o el Footsie (4,52%) ya han entrado en terreno positivo y otros como el Ibex (-10,2%) o el Euro Stoxx (-6,02%) han reducido las caídas. "Salvo que uno apueste por la recaída económica (la temida W) las Bolsas no parecen caras. Si uno confía en la tesis de la ralentización económica hay muchas firmas que consideran que la Bolsa puede subir más", comenta Jordi Padilla, de Popular Gestión Privada.

Los inversores, sin embargo, se muestran reticentes a apostar por claridad por la renta variable y la prudencia no sorprende ante la cantidad de incertidumbres económicas que penden sobre los mercados. La fragilidad de la recuperación en EE UU, la incertidumbre que generan la situación de las cuentas públicas en Irlanda o Portugal o las enormes diferencias de crecimiento que se registran entre los diferentes países de la zona euro son sólo alguno de los obstáculos a superar. Los expertos, no obstante, aseguran que las cotizaciones actuales de la Bolsa descartan una recaída económica y advierten que, en caso de suceder, los principales índices estarían abocados a sufrir correcciones más profundas.

Lo cierto es que la prudencia domina a pesar de que cada vez son más los inversores que aseguran que la Bolsa está barata. Warren Buffett o John Paulson son sólo algunos de los gurús que recientemente han manifestado que la Bolsa es el mejor lugar donde invertir. No hay que olvidar que a día de hoy muchas rentabilidades por dividendo ofrecen más que la deuda. "La mayoría de los inversores está infraponderado en Bolsa por lo que si se da la vuelta de pronto, puede volar", avisa Padilla.

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