Ordóñez insta a la banca a que limite su petición de liquidez al BCE
El Banco de España está recomendando a las entidades financieras que limiten sus peticiones de liquidez al BCE, que en julio marcaron récord con 130.209 millones de euros, el 29% de todo el eurosistema. El objetivo es reducir la excesiva dependencia al BCE como consecuencia del cierre de los mercados.
Confianza y normalidad. Eso es lo que todos los bancos internacionales, y, sobre todo, las autoridades supervisoras quieren recuperar en los mercados. La tarea es aún muy complicada. Pero la fecha para que el BCE comience a cerrar la barra libre para obtener liquidez, ha iniciado su cuenta atrás.
Ante ello, en las últimas semanas el BCE ha advertido al sector bancario sobre la excesiva dependencia de su financiación. Este mensaje está dirigido, entre otros países a España, cuyo sistema financiero disparó su apelación al BCE en junio y julio, a falta de cinco meses para que concluyan las medidas excepcionales del organismo presidido por Jean-Claude Trichet para dar liquidez ilimitada al eurosistema.
La pretensión del organismo de Fráncfort es que la banca vaya reduciendo sus peticiones de liquidez, mensaje que incluso ha publicado en su último informe de septiembre.
Los bancos centrales europeos han recogido el guante. El Banco de España, institución que siempre se ha caracterizado por su prudencia y duras exigencias, ha tomado la iniciativa y quiere dar ejemplo a Europa.
El supervisor nacional está aprovechando las innumerables reuniones que mantiene con los directivos de bancos y cajas, o las llamadas de teléfono, para pedirles que reduzcan sus necesidades de liquidez del BCE. Considera que, tras las pruebas de estrés realizadas a la banca europea en julio, el sector financiero español puede presumir de buena salud en términos generales, con lo que deben disiparse las dudas sobre su solvencia.
Por ello, mantiene que la mayoría de los bancos y las cajas de ahorros deben salir al mercado mayorista para obtener financiación, sin necesidad de depender tanto del BCE. El reto es normalizar los mercados de emisiones y el interbancario, y devolver la confianza a los inversores, objetivo necesario si se quiere que vuelva a fluir la liquidez y por lo tanto el crédito, tras más de dos años de sequía.
De momento, se espera que los datos que se publiquen de septiembre sobre la financiación de la banca española en el BCE sean muy inferiores a los de junio, julio e incluso agosto. Ese mes, y gracias a los resultados de los test de solvencia, la banca española colocó deuda por unos 10.000 millones de euros. "Pero sólo emiten las entidades más importantes. El 50% del sistema financiero español aún no puede salir al mercado. Nadie compra sus bonos o, si lo hicieran, tendrían que pagar un precio tan alto que no les compensa", asegura un ejecutivo de un gran banco.
Las indicaciones que está transmitiendo el Banco de España "son una recomendación. Nada impositivo ni limitativo", declaran todas las fuentes financieras consultadas, afirmación que es corroborada por fuentes de la institución que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez.
Varios directivos no descartan, sin embargo, que al final se "introduzcan controles para seguir más de cerca la apelación al BCE". Otras fuentes añaden que entre mayo y junio el mensaje era "tener la mayor cantidad de colaterales para acudir al BCE. Tras la vuelta de vacaciones, la recomendación es bien distinta. Hay que emitir". Junio fue el peor mes para obtener liquidez para la banca española. Los mercados se cerraron por completo. Ese mes, las entidades pidieron 126.300 millones, y al siguiente 130.209 millones, el 29% del total del dinero solicitado por toda la banca europea, que a su vez iba reduciendo su dependencia de estas líneas. En agosto las peticiones descendieron a 109.793 millones.
Los nuevos circuitos para que la banca obtenga liquidez, como las cámaras europeas de contrapartida London Clearing House y Eurex RepoClearnet, pueden relajar en parte las necesidades.