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Tribuna
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Un camino creíble hacia la recuperación de Irlanda

Aunque no se puede negar el importante coste a corto plazo de arreglar la crisis bancaria irlandesa, la economía del país puede con ello. La semana pasada, Irlanda tomó pasos decisivos y transparentes para reforzar la confianza de los mercados internacionales y para asegurar la sostenibilidad de nuestra posición fiscal a largo plazo.

La declaración del Gobierno irlandés el 30 septiembre sobre el coste final de reparar el sistema bancario dará confianza a los inversores de que el Estado es capaz de soportar ese coste a lo largo del tiempo y dentro del plan global del Gobierno para restablecer la sostenibilidad de las finanzas públicas.

Como paso siguiente, a principios de noviembre el Gobierno publicará un plan presupuestario para cuatro años detallando las medidas que se tomarán para reducir el déficit por debajo del 3% en 2014, como se había acordado.

No hay duda de que el coste de abordar los problemas del sistema bancario es importante, no importa el criterio que se utilice. El apoyo de capital que se está proporcionando asciende a casi el 20% de PIB. Sin embargo, es imprescindible apuntar que, como ya ha explicado el ministro de Economía irlandés, Brian Lenihan, no habrá préstamos adicionales para Irlanda este año como consecuencia de este apoyo capital y la carga del coste se reparte a lo largo de más de diez años. Se está recapitalizando a los bancos con pagarés que se harán efectivos a lo largo de un periodo de 10 años, lo que permitirá repartir el coste y aliviará el impacto sobre el Tesoro irlandés.

Aunque las reglas de Eurostat exijan que la suma del capital en su totalidad sea añadida al déficit de Irlanda en este mismo año económico, y así resulta en un déficit nominal del 32% en 2010, la realidad es que consiste en un aumento excepcional y que el déficit real (de aproximadamente el 11,75% reducido del 14% en 2009) es más o menos el objetivo para este año.

El Gobierno irlandés queda totalmente comprometido a reducir el déficit por debajo del 3% del PIB hasta 2014 como ya se había acordado, y publicará a principios de noviembre un plan presupuestario para cuatro años que resumirá las medidas anuales para alcanzar este objetivo. Este resumen de un camino creíble para cumplir con el compromiso sobre el déficit desarrollará las medidas ya adoptadas con éxito para empezar a reducir el déficit y para volver al crecimiento sostenible.

Las estadísticas publicadas por el Ministerio de Economía esta semana muestran que las medidas de austeridad ya introducidas por el Gobierno están estabilizando la economía en general. La recaudación tributaria está dentro del objetivo previsto y las previsiones son de una vuelta al crecimiento en 2011. En 2009, el PIB cayó un 8%, que significa una reducción importante. El banco central irlandés estima ahora que el PIB crecerá un 0,2% en 2010 y que Irlanda verá una vuelta al crecimiento del 2,4% en 2011.

La economía irlandesa está volviendo a la competitividad. Los costes laborales cayeron un 6% en 2009, en comparación con otros países del euro, y las previsiones para 2010 son que bajen aún más. Se han reducido los salarios del sector público y hay indicios concretos de que están también bajando en el sector privado.

La vuelta al crecimiento sostenible, impulsada por la exportación, aportará el principal respaldo de la futura prosperidad de Irlanda. Los indicios son bastante buenos, la recuperación internacional cobra velocidad y la mejora en la competitividad de Irlanda lo ayudará. Por ejemplo, en el segundo trimestre de 2010, la exportación irlandesa ha crecido a una tasa anual del 7,5%.

La declaración del ministro de Economía la semana pasada fue un paso importante para explicar con claridad y transparencia los planes del Gobierno para reparar el sistema bancario. Es importante reconocer que, aunque la economía irlandesa está sufriendo momentos difíciles, hay signos claros de estabilización y de mejora en los indicadores fundamentales. El Gobierno permanece comprometido a restaurar las finanzas públicas, a restablecer la competitividad irlandesa y a continuar invirtiendo en la formación de sus ciudadanos para asegurar que la recuperación económica de Irlanda esté basada en un crecimiento innovador pulsado por la exportación.

Justin Harman. Embajador de Irlanda

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