Tomás Gómez derrota en Madrid a Trinidad Jiménez, la candidata de Zapatero
La presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, se enfrentará en mayo a un candidato socialista, Tomás Gómez, que desde ayer tiene en su haber una primera victoria nada desdeñable tras derrotar a Trinidad Jiménez en unas elecciones primarias que han diezmado la autoridad de José Luis Rodríguez Zapatero.
El triunfo de Tomás Gómez sobre Trinidad Jiménez (51,71% frente al 48,8% de los votos, poco más de 500 papeletas) se proyecta mucho más allá de lo que es el Partido Socialista de Madrid, teniendo en cuenta que la candidatura de la ministra de Sanidad estaba patrocinada por el presidente del Gobierno y el 'aparato' federal del partido. Aunque esta noche buena parte del esfuerzo de la ejecutiva federal del PSOE ha estado dirigido a amortiguar los efectos de esta derrota tratando de limitar sus efectos, a nadie se le escapa que desde ahora comienza una nueva etapa dentro del partido en Madrid que puede tener consecuencias en todas las federaciones a nivel nacional.
Una de las más temidas es que el éxito de Gómez, que dentro de las filas socialistas se compara con el de David frente a Goliat, sirva para aglutinar a todos aquellos dirigentes del partido, la mayoría de ellos territoriales, que exigen a Zapatero que defina cuanto antes sus intenciones para conocer si se aupará o no al cartel electoral en las legislativas de 2012. Además, el triunfo del ex alcalde de Parla frente a Trinidad Jiménez puede incentivar también la convocatoria de primarias para la elección del futuro candidato a nivel nacional. De hecho, en el supuesto de que Gómez consiguiera vencer a Esperanza Aguirre en mayo, no faltarían voces que le animasen a comparecer como el candidato del partido en 2012 frente al líder del PP, Mariano Rajoy.
A partir de ahora, la figura de Gómez, durante varios años en la sombra mediática, irá creciendo en protagonismo a medida que la de Zapatero vaya siendo más vulnerable. Y desde ayer lo es porque el presidente apostó sin ambages por Trinidad Jiménez, una de las fundadoras de la corriente Nueva Vía que condujo al propio Zapatero a la secretaría general del PSOE en julio de 2000.
La apuesta del presidente por la ministra de Sanidad encerraba dos claves importantes. La primera, la acuciante necesidad de Zapatero, que ayer felicitó telefónicamente a Gómez nada más conocerse el resultado, de compensar el previsible retroceso del PSOE en la mayoría de comunidades y ayuntamientos con un triunfo sobre Esperanza Aguirre en Madrid en los comicios de mayo. La segunda, la aspiración de la ejecutiva federal a controlar el 'aparato' del partido en Madrid y frenar así la inclinación de Tomás Gómez a convertirse en un 'barón' territorial más al estilo de José Antonio Griñán, Guillermo Fernández Vara o José Montilla.
El éxito de Tomás Gómez ha echado por tierra estas apuestas de Zapatero, que a partir de ahora encontrará más dificultades para imponer su autoridad, máxime si se valora su fuerte declive en las encuestas. El sondeo de Metroscopia publicado hoy por El País sitúa ya la ventaja del PP sobre los socialistas en 14,5 puntos en una muestra recogida inmediatamente después de la huelga general. La etapa post-zapatero puede haber comenzado.
Gestos de integración
Los gestos de integración se produjeron anoche por parte del ganador y de la ministra de Sanidad. "Trinidad Jiménez ha sido una rival formidable. Las esperanzas de quienes la han apoyado no quedarán rotas", señaló Tomás Gómez. "Desde hoy, Tomás Gómez es mi candidato", señaló la ministra. Pero la sensación de que el partido en Madrid queda más dividido que antes encuentra fundamento. Tomás Gómez ganó sólo por 3,5 puntos de diferencia frente a su rival, distancia que da una idea aproximada del peso del 'aparato' federal en esta comunidad y, en el otro extremo, del sector que reivindica la autonomía del PSM frente a Ferraz.