El oro supera la barrera de los 1.300 dólares en el mercado de Londres
El precio de la onza de oro superó hoy la barrera de los 1.300 dólares en el mercado de Londres en su imparable escalada desde principios de año, un periodo en el que el valor del metal dorado se ha incrementado un 17,4%.
La cotización de la onza de oro en el London Gold Exchange (LGE) cerró la jornada en 1.307,5 dólares, una subida del 1,04% con respecto a los 1.294 dólares del martes y un nuevo máximo histórico que mantiene la tendencia alcista de los últimos meses, acrecentada de manera especial durante el mes de septiembre.
En el transcurso de la jornada, la cotización llegó a alcanzar los 1.313,45 dólares, lo que representa otro récord histórico.
En lo que va de mes, el oro ha subido un 4,6%, alcanzando cifras récord durante cinco días consecutivos en las últimas fechas, y con sólo un pequeño retroceso este martes.
El oro se revalorizó especialmente entre los meses de mayo y junio, impulsado por los indicios de que bancos centrales como los de Rusia y varios países asiáticos se convertirán este año en compradores netos de oro después de dos décadas de ventas.
A principios de año, la onza de oro al contado se pagaba en Londres a 1.113 dólares (un 17,4% menos) y hace un año, el 29 de septiembre de 2009, a 991,75 (un 31,8% menos).
En octubre de 2008, cuando estalló la crisis financiera que arrastró a la economía global a la peor recesión desde la II Guerra Mundial, una onza de oro costaba 692,5 dólares (un 88% menos que hoy) y desde entonces ha sido uno de los principales valores refugio para los inversores institucionales y privados.
Echando la vista más atrás, a hace una década, se puede percibir mejor el gran beneficio a largo plazo que ha generado esta materia prima, desde los 258 dólares que costaba la onza al contado en 2000 a los más de 1.300 actuales (una revalorización del 406%).
Los primeros datos positivos de las principales economías del mundo frenaron inicialmente la subida de los precios a mediados de este año, pero las dudas generadas por la solidez de la recuperación y el temor a una nueva recesión recuperaron la tendencia alcista.
La falta de confianza de los inversores en el estado de la economía global y en el efecto de las políticas monetarias de los grandes bancos centrales son las principales causas de que los inversores estén buscando refugio en valores como el oro.
La debilidad del dólar estadounidense, divisa en la que se negocia este metal, también ha contribuido a multiplicar el atractivo de esta inversión, así como la gran demanda de particulares en las dos grandes economías emergentes: China e India.
En este contexto, el optimismo, y casi el triunfalismo, es generalizado en la industria, como quedó patente en la reciente asamblea anual en Berlín de la London Bullion Market Association (LBMA), foro que reúne a los actores de los mercados de metales. La mayoría de asistentes a esta conferencia coincidieron en que el precio de la onza de oro alcanzará 1.450 dólares en 2011.
La LBMA, que representa al mercado por mayor de los lingotes de oro y plata, con una clientela que incluye a la mayoría de los bancos centrales con reservas de oro, productores, fabricantes y refinadores, predijo el año pasado que la onza del metal dorado estaría a estas alturas en 1.182,50, pero se quedó corta.
"Es muy difícil ser pesimista (sobre el precio del oro) a corto plazo. En la peor de las situaciones, soy neutral", manifestó al diario "Financial Times" Kevin Crisp, director ejecutivo de Mitsubishi, empresa que comercia con oro, y presidente de la LMBA.
"El grado de incertidumbre en este momento justifica el interés hacia el oro", declaró John Reade, vicepresidente principal de Paulson, gestora de fondos alternativos que ganó miles de millones tras la crisis financiera global de 2008 y que ahora está comprando lingotes, convencida del gran beneficio potencial del oro.
En mayo, el Consejo Mundial del Oro (WGC) también pronóstico una escalada sostenida del precio del oro al menos hasta final de 2010, impulsada por el alza de la demanda de joyería en China y la India y el aumento de la inversión en esta materia prima en Europa y EE UU.
El WGC recordó que la inversión en oro es una apuesta segura, especialmente en el contexto actual de inestabilidad económica, de riesgo soberano y de amenaza de una segunda recaída en la recesión.
El director ejecutivo del WGC, Aram Shishmanian, manifestó entonces que "con la recuperación todavía amenazada por los niveles de deuda de las economías occidentales y la depreciación del dólar y de los valores de renta variable, la perspectiva del oro como un valor líquido, activo fiable y fuente de riqueza es favorable".
Hasta ahora, la única voz discordante de peso en torno a la evolución futura del oro ha sido la del magnate George Soros, quien recientemente advirtió en una entrevista con la agencia Reuters de que la próxima burbuja económica que estallará será la del oro.