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A fondo

El apretado final de año de EADS

El apretado final de año de EADS
El apretado final de año de EADS

El consorcio aeroespacial europeo EADS tiene por delante un apretado final de año. El último trimestre del ejercicio se presenta repleto de citas que pueden ser determinantes para el futuro del grupo: una nueva versión del A-320, su avión comercial más exitoso; la adjudicación del concurso para renovar la flota de aviones cisterna de la Fuerza Aérea estadounidense (USAF); la firma definitiva del nuevo contrato del tan traído y llevado A-400; y la decisión final sobre el futuro del Talarion, su principal apuesta en aviones no tripulados (UAV, por sus siglas en inglés). Por partes.

La decisión más inminente tiene que ver con lo que se ha llamado A-320 NEO, es decir, el estudio para lanzar un modelo de la familia de aviones de pasillo único de Airbus con un nuevo motor. Los máximos responsables del grupo tienen previsto dar luz verde al proyecto en octubre o noviembre, si no hay cambios de última hora. La nueva versión incorporará motores de Pratt & Whitney (el PW1000G GTF) o de CMF (el Leap-X) que, según la compañía, permitirán unos ahorros de combustible de entre el 13% y el 15%, con una reducción de los costes por asiento de alrededor del 5%.

Medir las fuerzas

El avión remotorizado (que también contará con las nuevas aletas que ya permiten una mejora de eficiencia de cerca del 4%) estará disponible a partir de 2015 y da margen al grupo para mantener las ventas de su principal avión comercial hasta mediados de la próxima década, cuando se espera el lanzamiento de una nueva generación de aviones. El producto atiende a la demanda de mejoras por parte de las aerolíneas, sirve para frenar el empuje de fabricantes como Embraer en este segmento del mercado y mete presión a Boeing, su rival más directo. Además, según analistas, Airbus podrá aumentar el precio de venta de cada aparato en unos 7-8 millones de dólares.

El proyecto no le va a suponer grandes problemas al grupo desde el punto de vista financiero. En principio, desde la empresa consideran que las inversiones que exigirá rondarán los 1.000 millones de euros, la décima parte de lo que costaría un avión completamente nuevo. Una cifra asumible para quien cuenta con una posición de caja neta cercana a los 9.000 millones.

El problema es que EADS tiene que medir sus fuerzas. El lanzamiento del A-320 NEO exige restar mano de obra (en especial, ingenieros) de otras actividades clave: el encarrilamiento de la producción del superavión A-380, la puesta en marcha del nuevo A-350 o el empuje final al A-400M.

Cronológicamente, el siguiente hito crítico para el grupo aeroespacial es la adjudicación del contrato de los tanqueros en Estados Unidos, prevista para mediados de noviembre. EADS pugna con Boeing por llevarse una licitación valorada en 35.000 millones de dólares (25.965 millones de euros). La adjudicación es importante para el grupo no tanto por el impacto positivo que pueda tener sobre los ingresos o el beneficio como por lo que supondría para colocarse en el hermético (y rentable) mercado de defensa estadounidense como contratista principal.

Aunque en esta ocasión, parece que el grupo europeo cuenta con menos posibilidades de ganar que Boeing, sus responsables están echando el resto para tratar de ganar la puja. Prueba de ello es que el responsable último del programa, el presidente de Airbus Military, Domingo Ureña, ha cancelado un encuentro que tenía previsto mantener con la prensa esta misma semana para concentrarse con su equipo en los retoques finales de la oferta.

Una tercera cita esencial para el futuro de EADS es la firma definitiva del nuevo contrato del A-400M. Los países promotores del avión de transporte militar, España entre ellos, no terminan de acordar cómo van a hacer frente a los sobrecostes del programa: quién puede cancelar pedidos iniciales, en qué cantidad, cómo repartir los créditos a la exportación... Los responsables de la empresa no ven en peligro el proyecto pero admiten que la firma se retrasará a finales de año o, incluso, principios de 2011. Esto demorará los pagos previos pactados con los países y puede impactar negativamente en las previsiones de cash flow.

Finalmente, está en juego el futuro del Talarion. EADS quiere que España, Alemania y Francia se comprometan a invertir unos 1.500 millones para seguir adelante con el programa clave de los UAV. Se ha dado de plazo hasta fin de año para convencer a los países.

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