Mercado para grandes jugadores
Cuánto durarán las dudas sobre la deuda pública europea? O, por decirlo de otro modo, ¿hasta cuándo estarán los mercados pendientes de las rutinarias subastas de letras en países como España, Portugal o Irlanda? Seguramente hasta que el mercado encuentre otra cosa con la que entretenerse, es decir, ganar dinero. Comentaba hace poco un analista que la Bolsa ha dejado de ofrecer opciones de inversión a los hedge funds, que prefieren jugar con el tipo de cambio dólar yen en las últimas semanas. El franco suizo también está acaparando una notable atención últimamente.
Aunque parecen movimientos completamente diferentes, existe una semejanza en todos ellos. Tanto en la Bolsa antes de marzo de 2010 como en la deuda pública europea y como en los tipos de cambio el mercado, más que invertir en busca de atrapar la tendencia, está jugando a adivinar o condicionar decisiones más políticas que económicas. Porque la expansión de los balances de los bancos centrales, la decisión de la UE y el FMI de rescatar a Grecia o de establecer un programa de ayuda de emergencia para Estados en apuros financieros o la de Japón de intervenir o no para limitar el alza del yen son todas decisiones políticas de carácter binario, actuar o no actuar.
Se trata, pues de apurar la operativa en una dirección u otra, pero con la perspectiva de que hay alguien que puede apretar un botón en algún momento que cierre el grifo del dinero fácil. Paradójicamente, es una ventaja para los grandes jugadores, porque en un entorno así es terreno abonado para los cambios de tendencia tan bruscos como violentos e impredecibles. Si el inversor particular se pone a apostar a favor del yen es más verosímil que se quede pillado si el Banco de Japón interviene, mientras el hedge fund tiene muchas formas para poder cambiar su posición a neutral o invertir el sentido de sus apuestas en función de la información que recabe.