La falta de acuerdo aboca al juez a liquidar el conflicto en Gullón
El Juzgado de lo Social número 2 de Palencia decidirá en unos días entre la readmisión del ex director general de Galletas Gullón o el abono de la indemnización de 8,2 millones de euros después de ratificarse ayer las partes en sus posiciones en una vista. La compañía ve un "mal menor" en la readmisión, pero Juan Miguel Martínez Gabaldón insiste en que previamente han de retirarse las demandas de la empresa contra él.
La disputa entre Galletas Gullón y el ex director general de la compañía, Juan Miguel Martínez Gabaldón, vivió ayer un nuevo capítulo en una vista celebrada en los juzgados de Palencia. Las dos partes volvieron a chocar de nuevo y será el Juzgado de lo Social número 2 el que decidirá "en una o dos semanas" si ha de ser readmitido o si Gullón tiene que abonarle 8,2 millones de euros después de que se declarara improcedente su despido.
La vista de ayer había sido convocada a petición de Martínez Gabaldón, que reclamaba la ejecución de la sentencia que le daba derecho a la mayor compensación económica por despido jamás determinada en España por un juzgado. El director general actual, Félix Gullón, explicó ayer en la vista que la compañía aceptaría la readmisión "como primer paso y gesto de buena voluntad", pero aseguró que la otra parte ha de dar también un paso adelante. Gullón sostiene que busca un acercamiento con Martínez Gabaldón para "dialogar sobre todos los demás asuntos", incluido el de las demandas judiciales que la compañía tiene interpuestas contra el ex director general. "Hay voluntad de buscar una salida dialogada en todos los asuntos", explicaron ayer fuentes de Gullón.
En su declaración, Félix Gullón expresó su voluntad de recuperar "la buena relación" que mantenían antes del despido y de solucionar las diferencias "por el bien de la compañía y de la familia". El despido del ex director general abrió una brecha entre tres de los hijos de María Rodríguez Sainz-Rojas, que posee el 55% del capital de la compañía y que defiende la actuación de Miguel Martínez Gabaldón. Este accedió al puesto de director general de Galletas Gullón hace 22 años. Desde entonces la empresa ha multiplicado su negocio hasta convertirse en la primera galletera a nivel nacional.
El juzgado de Palencia decidirá probablemente la próxima semana
Fuentes próximas al ex director general reiteraron que previamente a la readmisión habrían de retirarse las demandas judiciales. La compañía acusa a Martínez Gabaldón de estafa y apropiación indebida, entre otros delitos. El abogado del ex director general aseguró ayer que "no existe voluntad incondicional de readmitirle", que "no hay buena fe" por parte de Galletas Gullón y que es imposible que el ex director se reincorpore "mientras la empresa continúa con su ataque, querellas y procedimientos judiciales en los que afirma que es un ladrón y que ha estafado a la compañía".
Galletas Gullón apoya sus argumentos en que Martínez Gabaldón confirmó su deseo de reincorporarse a la empresa el pasado 13 de abril, cuando se conoció la sentencia que declara improcedente su despido. Pero el entorno de Martínez Gabaldón insiste en la importancia de que haya acuerdo entre las partes sobre las condiciones de la vuelta a su antiguo puesto.
Según la compañía, el Juzgado de lo Social número 2 de Palencia se pronunciará antes de dos semanas sobre este asunto, aunque es probable que entre el lunes y el miércoles próximos se conozca la decisión. Galletas Gullón insistió ayer en que el abono de la indemnización sería un contratiempo muy importante para los planes de la empresa, que tendría que congelar sus inversiones y reduciría prácticamente a cero los beneficios de 2009.
Dos órganos de dirección paralelos
Galletas Gullón tiene órganos de dirección paralelos. A finales de agosto, el consejo de administración de Gullón decidió suspender la junta de accionistas que había sido convocada por orden judicial después de que así lo solicitara María Teresa Rodríguez. La dirección de Gullón defendía que no podía celebrarse porque no cumplía todos los requisitos legales, ya que los consejeros no habían tenido acceso a toda la documentación. Con tal argumento, suspendieron la reunión e impidieron el acceso de los tres accionistas de referencia, que suman el 80% del capital, a la sede de la compañía.Al no poder entrar en la sede, la junta se celebró dentro de un coche en presencia de un notario, que dio fe de la aprobación del orden del día: la disolución del consejo, el nombramiento de María Teresa Rodríguez como administradora única y la modificación de los estatutos de la sociedad. Esta decisión ha provocado que Gullón tenga dos órganos de dirección paralelos. Según algunas fuentes jurídicas consultadas, la reunión celebrada en el coche no tendría validez como junta de accionistas.El detonante de las disputas familiares fue el despido del ex director general, acusado de irregularidades en su gestión, pero que cuenta con la confianza de la principal accionista, María Rodríguez Sainz-Rojas.