España, a la cola de la UE en conservación de carreteras
El cambio experimentado en España por la red estatal de carreteras ha incrementado las necesidades de invertir en su conservación. Un estudio que permite comparar con datos homogéneos el gasto en mantenimiento de los principales países europeos desvela que España se mantiene en el furgón de cola, con poco más de 29.000 euros por kilómetro al año. Lejos está de los 245.000 de Holanda o de los 115.000 de Reino Unido.
Lo bueno o lo malo, según se mire, de las estadísticas es que todas tienen una interpretaciónmás positiva que otra. Así, las cifras de gasto en conservación de carreteras de los principales países europeos a las que ha tenido acceso CincoDías tienen una doble vertiente. En términos absolutos España es el cuarto país de los 13 analizados que más dinero destina de sus presupuestos cada año al mantenimiento y conservación de su red estatal de carreteras libres de peaje.
Las cifras estudiadas, que datan de 2007 (último ejercicio para el que se dispone de datos homogéneos), sostienen que ese ejercicio Fomento invirtió 718 millones de euros a esas tareas. Sólo tres países superaron a España. Italia, que destinó 835millones;Holanda, con 786, y Reino Unido, que desembolsó 753 millones.
Sin embargo, aunque esta comparativa es lícita, no es del todo representativa, ya que no tiene en cuenta el número de kilómetros sobre los que se hace ese gasto. Y nada tiene que ver la longitud de la red de carreteras británica (de 6.500 kilómetros), con la francesa, de 11.700 kilómetros, o la española, de 24.185, lamás extensa de los países analizados.
Fomento ha potenciado en los últimos ejercicios la construcción de vías sin priorizar su cuidado
Por ello, cuando se calcula lo que destina cada Gobierno por kilómetro y año, la realidad es bien diferente. Los 13 países sobre los que se dispone de cifras forman parte de un grupo de trabajo voluntario que se organizó con el fin de comparar la situación del mantenimiento de la red pública de carreteras a nivel europeo. Al no tener carácter obligatorio, no todos los países mostraron su disposición a colaborar y ahí es donde se entiende la ausencia de Alemania, la única de las grandes naciones para la que no hay cifras.
Así, medido el gasto por kilómetro, quien lidera el ranking es Suiza, con 291.900 euros al año, seguida deHolanda, con 245.700, y Bélgica, con 138.300 euros. Cierra el conjunto de los Ejecutivos que más fondos destinan a mantener sus carreteras Reino Unido, con poco más de 115.700 euros por kilómetro y año. Al margen de estas naciones, el resto baja unos cuantos peldaños en la clasificación puesto que ninguno alcanza los 50.000 euros. En ese grupo destaca el caso de Francia, que gasta 49.900 euros por kilómetro y año, seguida de Hungría, con 47.100. España se sitúa en el furgón de cola de quienes menos invierten por kilómetro de carretera, 29.687 euros en 2007. Sólo Irlanda y Portugal, cuyas redes viarias son muchomás pequeñas, destinan menos recursos a conservación.
Y es que, en puridad, la red española de carreteras del Estado, dada su extensión, de más de 24.000 kilómetros, sólo es comparable a la italiana, que cuenta con 21.040 kilómetros, y en menor medida con la francesa, de 11.734 kilómetros. Además, conviene realizar dos salvedades. Por un lado, este estudio comparativo sólo analiza el gasto en la red pública, puesto que las vías de peaje, el pago del mismo implica que una parte de su tarifa va destinada a mantener en perfecto estado esa infraestructura. En este contexto, España es, junto con Italia, uno de los países con más carreteras libres de peaje. No así Francia, que cuenta con una amplia red de vías de alta capacidad de pago.
Por otro lado, los datos de inversión facilitados por los Gobiernos de los 13 países que componen el estudio reflejan sólo el coste de las tareas de conservación. Entendiendo por mantenimiento los trabajos necesarios para que la vía permanezca como el primer día (rehabilitación de firmes, señalización horizontal y vertical). Además, suma los gastos derivados de las tareas propias de las campañas invernales. No incluye, sin embargo, otro pilar fundamental de la conservación, que sí computa, por ejemplo, la Administración española, como son las tareas específicas para mejorar las condiciones de circulación (como la prolongación de una vía lenta o la mejora del drenaje), según admiten fuentes del Ministerio de Fomento. Tampoco estas cifras tienen en cuenta las mejoras para incrementar la seguridad vial (intersecciones, eliminación de tramos de concentración de accidentes, entre otras actuaciones).
Estas diferencias de criterio a la hora de definir qué es gasto en conservación es lo que explica que de 718 millones que España gastó en 2007 en conservación se pase a asegurar que en 2009 se destinaron 1.330 millones de euros al mantenimiento de la red estatal de carreteras, casi el doble sólo dos años después.
La clave es que Fomento computa como parte de esa cifra la correspondiente al Plan de Adecuación, Reforma y Conservación de Autovías de Primera Generación o el Plan de Seguridad de Túneles, entre otras iniciativas. Y es que la lectura que hacen los responsables de Fomento de la evolución que ha tenido esta partida dentro de los presupuestos es muy positiva. Según las cifras facilitadas por el departamento que dirige José Blanco, en los últimos seis años la inversión en labores de conservación alcanzó los 5.502,65 millones de euros, lo que se traduce en un incremento del 125% respecto a 2004. Es más, recuerdan las mismas fuentes que en 2008 se alcanzó, con dos años de adelanto sobre el calendario previsto, el objetivo recomendado por Bruselas y visto como idóneo por el sector del transporte de destinar cada año a mantenimiento el equivalente al 2% del valor patrimonial de la red, mientras en 2004 se gastaba el 1,06%. España tiene por delante un difícil reto, como es ponerse a la par de sus principales competidores europeos.
El transporte, en pie de guerra contra la 'europuñeta'
Lo dijo el ministro español de Fomento en su última comparecencia parlamentaria. "La inversión en conservación irá creciendo debido al incremento de nuestro stock de infraestructuras. En un escenario de 10 años la inversión en conservación y mantenimiento ocupará la mitad del presupuesto del ministerio", aseguró.Y, por ello, Blanco insistió en abrir el debate de cómo financiar ese gasto ingente sin dañar en exceso las cuentas públicas y tener que detraer por ello recursos destinados a nuevas obras. El ministro ha invitado al resto de grupos políticos con representación en el Parlamento para que creen una subcomisión que evalúe las distintas opciones. Una ya está implantada, aunque sólo a medias. Es el denominado plan renove de las autovías de primera generación. Con él se pretende (cuando de verdad eche a andar) remozar las primeras radiales que se construyeron libres de peaje para adecuarlas a los actuales estándares de calidad. Las constructoras adelantan parte de la inversión necesaria (valorada en más de 6.000 millones) y Fomento se la devuelve con el pago de un canon anual en concepto de los trabajos de construcción y conservación durante un largo periodo (19 años en los pliegos originales).Se trata de volver a aplicar, de manera más sofisticada, el eterno sistema concesional, el mismo que se pretende explotar con el Plan Extraordinario de Infraestructuras (PEI), valorado en otros 17.000 millones, que está previsto comenzar a licitar este mismo mes.La otra opción es la polémica Euroviñeta, que consiste en cobrar una tasa al transporte pesado por el uso de las vías de alta capacidad. Alemania, Austria y Portugal son países que ya la cobran con el compromiso de destinar sus fondos a la mejora de su red viaria. Francia ha anunciado que la aplicará en breve. En España, el principal problema puede venir del sector del transporte, que ya ha catalogado dicha tasa como la europuñeta y amenaza con movilizaciones. El Consejo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos ya elaboró un informe en el que considera que la Euroviñeta debería ser de 0,10 céntimos de euro por kilómetro y camión de media, aplicable a los vehículos que superen las 3,5 toneladas. Dicho informe calcula que con esta tasa la Administración podría recaudar unos 2.700 millones al año. Otras fuentes elevan esa cifra a 3.000 millones, el equivalente al gasto de conservación actual de más de dos ejercicios completos, una cantidad nada desdeñable.